El sistema de cuotas lácteas entró en vigor en 1984 con el objetivo de resolver el problema de la sobreproducción, aunque la UE ha programado su desaparición para adaptarse a los cambios que ha sufrido el mercado.

    En opinión del Comité, los últimos informes que maneja la Unión al respecto se limitan a meros análisis macroeconómicos del mercado de la leche pero "no tienen en cuenta el impacto territorial del fin de las cuotas".

    El presidente de la comisión de Recursos Naturales del Comité, el francés René Souchon, señaló que el informe de la Comisión Europea sobre el asunto está "fuertemente en favor de la desregularización", lo que desde su punto de vista es un "grave error estratégico" en un momento en que países como Estados Unidos están manteniendo y reforzando la regulación.

    Souchon también lamentó que el estudio no tenga en cuenta el impacto regional, y recordó que dos tercios de las explotaciones lecheras en la UE están situadas en áreas menos favorecidas y que la mayoría de ellas son pequeños negocios familiares.

Habrá regiones que no puedan asumir su desaparición


    "En muchas regiones las cuotas han hecho posible mantener la producción" de leche, subrayó. Así pues, el Comité recomendó establecer herramientas de regulación del mercado que, por ejemplo, obliguen a "frenazos" en la producción en tiempos de crisis.

    También destacó la importancia de "revisar completamente" la estrategia europea de comercio de productos lácteos, dando prioridad a garantizar el funcionamiento del mercado interior y a los productos con "valor añadido" para la exportación.

    Por último, el Comité instó a la Comisión a "redefinir un proyecto rural coherente" para el desarrollo de la producción láctea, centrado en las áreas montañosas, las zonas con más desventajas y los Estados miembros donde la leche se produce mayoritariamente en pequeñas granjas y cooperativas.

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