Estos muladares a pesar de estar construidos, y de contar con la resolución de autorización pertinente por parte de la Dirección General de Medio Natural de la Consejeria de Fomento y Medio Ambiente, se encuentran en la actualidad con informe de no funcionamiento. Precisamente porque carece de sentido no utilizar una infraestructura en perfectas condiciones, “Azalvaro” ha presentado una solicitud de autorización que a día de hoy esta pendiente de resolución.
Este permiso permitiría que el colectivo administrara los muladares bajo una serie de condiciones, y ampliar así la red de puntos de .alimentación o muladares que esta asociación gestiona en la provincia de Segovia desde hace más de cinco años, a través del Sistema de Gestión Ambiental ARCAN.
La gestión de estos puntos de alimentación está dentro de una serie de medidas que propone esta ONG segoviana ante la sucesión de acontecimientos fatales que están aconteciendo sobre la avifauna en la comarca del sureste de Ávila, el aumento de colisiones de aves carroñeras en los parques eólicos del Sureste de Ávila, y las electrocuciones e intoxicaciones en el CTR de Ávila-norte, sin olvidar que se aseguraría en parte el comportamiento necrófago de estas especies y se evitaria posibles desviaciones de las rapaces necrófagas por falta de alimento, reduciendo los conflictos sociales generados, como los supuestos ataques a animales vivos.
Entre ellas, está la implantación del Sistema de Gestión Ambiental ARCAN (Autogestión para la Red de Comederos de Aves Necrófagas) en los lugares destinados a la alimentación de aves necrófagas (muladares) ya construidos en la provincia de Ávila sostiene Aguilera. De este modo se conseguiría una mayor disponibilidad de puntos de alimentación con recursos alimenticios apropiados en un entorno reglado y alejado de otros peligros externos como las electrocuciones y las colisiones con tendidos y parques eólicos presentes en la zona.
Una red equilibrada de muladares, como solución
La ONG conservacionista Colectivo Azálvaro dice que una de las causas principales de estos impactos vienen por la ausencia de una red equilibrada de muladares en la provincia de Ávila, que ha provocado en los últimos años que una gran cantidad de aves necrófagas (buitres leonados, buitres negros, milanos reales y negros, etc.) se vean forzadas a alimentarse en la Planta de Transformación de Residuos Sólidos Urbanos de Ávila-Norte, lo cual se ha traducido no solo en el incremento de mortalidad de las aves por electrocución, en dramáticos episodios de intoxicaciones y en la alteración del comportamiento alimenticio de estas especies si no que ha provocado que las aves deban atravesar varias líneas de aerogeneradores, con terribles consecuencias para sus poblaciones, apunta José Aguilera presidente del Colectivo Azálvaro.
Además, de contribuir a resolver una amenaza de conservación que afecta a las poblaciones de estas especies y asegurar el comportamiento necrófago de las mismas, la puesta en funcionamiento de muladares evitaría las desviaciones que por falta de alimento se observan en estas aves rapaces. No solo la concentración excesiva de efectivos en el vertedero o CTR, donde ingieren alimento de mala calidad, restos de plásticos y medicamentos que llevan a los episodios de intoxicación que les causa la muerte, si no el problema que se deriva del vertedero como la mortalidad en las infraestructuras energéticas cercanas, colisiones en parques eólicos que las aves deben atravesar y electrocuciones en tendidos eléctricos.
Mediante la dispersión de los puntos de alimentación se trataría de combatir la excesiva concentración de ejemplares y distanciar las aglomeraciones de carroñeras de los puntos con mayor conflictividad. Se esperaría así una reducción significativa de la incidencia ocasionada por el CTR de Ávila-Norte sobre la avifauna necrófaga.