Para evitar el avance de esta enfermedad, los árboles afectados serán talados y quemados para acabar con el hongo causante de la plaga, muy extendida por los pueblos de la Sierra de Francia, que han visto muy mermado el número de castaños en los últimos quince años a causa del chancro.

   En el Centro Experimental se realizaron varios miles de injertos, tras la plantación de castaños, con la variedad típica de la Sierra de Francia, denominada "calbotera".

   Según Garrido, cuando llegue la primavera tienen previsto plantar otros 5.000 árboles y, posteriormente, pasados uno o dos años, realizar los injertos correspondientes.

   Estos injertos pretenden obtenerlos de árboles centenarios que han sido capaces de resistir al chancro.

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