Los agricultores que quieran plantar olivos en España tendrán que esperar porque las plantas se han agotado en la mayoría de las plantas de olivo los viveros, ante el aumento disparado de la inversión en el olivar intensivo. «No hay olivos» es la respuesta que están dando estos días los viveros consultados por Efeagro en el sur de España, donde se concentra la producción olivarera.

En este momento del año, a principios de la primavera, suelen plantarse los nuevos olivos, que tardarán todavía unos años en dar sus primeros frutos.

Con más de 25 años de experiencia en la producción y venta de plantones de oliva nebulizados de más de 30 variedades, la empresa cordobesa de viveros La Conchuela reconoce que «los viveros no pueden abastecer la demanda actual de plantones de olivo debido a los precios del aceite, la caída de los precios de la almendra y el pistacho, y los fondos de inversión».

El campo se está transformando y muchos están viendo en los máximos históricos que han alcanzado las cotizaciones del aceite de oliva una oportunidad para sacar un mayor rendimiento a sus tierras.

Fuentes de Viveros de Olivos El Soto (Córdoba) confirman que tienen «prácticamente todo vendido» y deberán esperar por lo menos al próximo octubre para reanudar la comercialización, hasta que las plantas crezcan a un tamaño apropiado.

La variedad que más escasea es la picual, utilizada en los cultivos intensivos de regadío, en los que más se está invirtiendo actualmente, según la empresa, que vende a España, Portugal, Francia e Italia.

En Jaén, el gerente de la compañía especializada en plantar olivos Agrariaolive, Manuel López, afirma que los viveros se encuentran actualmente «saturados» y que, en su caso, ya tienen reservadas plantas para la primavera de 2025.

Justifica el aumento de la demanda a un cambio de mentalidad en el campo en el que priman «la rentabilidad y la productividad».

Frente al olivar tradicional, que depende de la lluvia y tiene un coste aproximado de 4,5 euros por kilo, el sistema intensivo o superintensivo implica plantar olivos en seto que pueden regarse y producir en cinco años, con un coste de menos de un euro por kilo.

UNA TENDENCIA EN AUGE

Según la última encuesta oficial sobre superficies y rendimientos de cultivos, en España había 2,78 millones de hectáreas de olivar en 2023, de las que 1,9 millones eran de secano (69%) y 874.533 hectáreas, de regadío.

En la última década, el olivar de regadío ha pasado de representar el 24% de la superficie a ocupar el 31% actual.

La extensión de olivar aumentó el año pasado en todas sus categorías, sobre todo en las destinadas a mesa y doble aptitud (tanto para mesa como para aceite).

El presidente del Consejo sectorial de Aceite de oliva de Cooperativas Agroalimentarias de España, Rafael Sánchez de Puerta, asegura que el proceso de modernización «era previsible» y que «se está acelerando la plantación de olivar en seto en aquellas zonas donde hay agua por su fácil mecanización».

No obstante, recomienda ser «más prudente en la planificación», puesto que quien esté haciendo las cuentas ahora con los precios actuales del aceite «se equivoca», ante la previsión de que bajen en algún momento.

La caída de la producción en las últimas dos campañas como consecuencia de la sequía ha elevado a máximos los precios, pero este año ya se han superado las expectativas de producción iniciales, con casi 830.000 toneladas recogidas en los primeros cinco meses de campaña, de octubre a febrero.

EL AGUA COMO CONDICIÓN

Sánchez de Puerta, que también es director general del grupo Dcoop, considerado el mayor productor mundial de aceite de oliva, advierte de la «difícil competencia» que afrontan las tierras de secano ante el cultivo de regadío.

El mayor ritmo de inversión en este último sistema se está concentrando sobre todo en zonas regables con acceso al agua, como en las provincias de Sevilla, Cádiz y Badajoz.

La empresa extremeña Olivos de Badajoz proporciona plantas de olivo de variedades como la arbequina y la picual, que se necesitan en grandes cantidades por la alta densidad de plantación de los olivares intensivos.

Su gerente, Juan Manuel Sánchez, precisa que la planta «tarda un año en hacerse», al reproducirse por esquejes, a partir de una rama, hasta que se trasplanta.

Sostiene que tienen toda su producción «adjudicada» y clientes en cola, en especial en las Vegas del Guadiana, donde los agricultores están «abandonando la producción de tomate, maíz y arroz» y sustituyéndola por el olivar intensivo «para evitar la escasez de mano de obra», puesto que este último cultivo requiere menos empleo en la recolección, que se hace con maquinaria.

(Texto: Belén Delgado / Efeagro)

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