«El campo no es una oficina». Con menos palabras no se puede resumir la distancia que existe entre lo que aprueban los Gobierno a nivel nacional y su impacto o su lejanía en el sector agrario. El último caso ha sido la decisión del Consejo Económico y Social (CES), que ha aprobado el dictamen sobre el anteproyecto de ley de reducción de jornada, registro horario y desconexión digital, un marco normativo que ASAJA Castilla y León considera inaplicable en el sector agrario en su forma actual.

La organización agraria ha trabajado junto al resto de agentes sociales y representantes de la sociedad civil con presencia en el CES para trasladar al Gobierno la necesidad de ajustar la normativa a la realidad del campo. ASAJA advierte que el registro horario es inviable en el medio rural, donde las condiciones laborales dependen de factores climáticos y estacionales, además de enfrentar dificultades tecnológicas como la falta de cobertura de internet e incluso telefónica en muchas explotaciones.

Asimismo, la organización subraya que la desconexión digital es difícil de aplicar en el sector agrario, ya que la actividad de los agricultores y ganaderos no se ajusta a un horario convencional y requiere una disponibilidad constante incluso en unos momentos en el que el sector agrario está dando importantes paso en la digitalización del campo

Ante esta situaciones, ASAJA ha reiterado que el Ministerio de Trabajo «sigue sin conocer la realidad del medio rural» y ha instado a los legisladores a trabajar en una normativa específica para el sector, que tenga en cuenta sus particularidades y garantice su viabilidad, sobre todo porque, como señalan, «el campo no es una oficina».

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