El Programa de Actuaciones para la Conservación del Buitre Negro, cofinanciado con fondos europeos, arrancó en 2002 con 210 parejas reproductoras en Andalucía. Diez años después, esta cifra ha crecido hasta las 320 parejas reproductoras, un 52% más, incrementándose también el área de expansión de la especie. En ese sentido, los datos indican que en 2012 se registraron 120 parejas en Sierra Pelada (Huelva), 70 en la Sierra de Andújar (Jaén), 49 en la Sierra de Hornachuelos (Córdoba), 79 en la primera de las zonas de reproducción de la Sierra Norte y otras dos en la segunda área de reproducción de este parque natural sevillano.

    La Junta de Andalucía combate la principal causa de mortalidad de la especie, el veneno. Así, a través de la Estrategia Andaluza para el Control de Venenos, se ha reducido el número de casos de envenenamiento detectados en la fauna silvestre, pasando de 205 en 2006 a 101 resultados positivos en 2011. La ayuda de cazadores y ganaderos es esencial para solucionar el problema.

    Otras actuaciones incluidas dentro del Programa Buitre Negro consisten en la reducción de molestias en las áreas de reproducción, la reconstrucción de nidos e instalación de nidales artificiales, el rescate de huevos, pollos huérfanos o abandonados y otros ejemplares recuperables, la disminución del riesgo de colisión con tendidos eléctricos y el marcaje de ejemplares con emisores GPS para facilitar su seguimiento.

Campaña de divulgación en centros de enseñanza

    Por otro lado, en estos días se desarrolla la XII edición de la campaña divulgativa sobre el buitre negro, cuyos receptores son los centros de enseñanza de unas 30 localidades próximas a las áreas de reproducción y alimentación de la especie, en las provincias de Huelva, Sevilla, Córdoba y Jaén. Desde la puesta en marcha de esta iniciativa han participado más de 21.000 niños y este curso está previsto atender a otros 2.000.

    Por medio de esta campaña, se busca fomentar el interés de los más jóvenes por el patrimonio natural, así como inculcarles un espíritu conservacionista que pueda transmitirse a los adultos. Esta actividad se basa en charlas-coloquio, dirigidas normalmente a escolares de primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria.

    Paralelamente, se dan a conocer otras especies con programas de conservación en la comunidad, como el lince ibérico y el águila imperial, que comparten hábitat y amenazas con el buitre negro en muchas localidades de la campaña.

    Cada estudiante recibe un lote de folletos divulgativos y una carpeta de material didáctico específico. La carpeta contiene un cuaderno ilustrado y divertidas fichas de actividades que les permiten conocer aspectos de la biología, el comportamiento y los problemas de conservación de la rapaz, entre los que destaca el uso de cebos envenenados. Para los profesores, incluye además un cuaderno de soluciones.

    La incorporación de esta unidad didáctica ha contribuido a mejorar la valoración de los resultados generales de la campaña, motivo por el cual sus contenidos se han ampliado para cubrir otras aves necrófagas en delicado estado de conservación, como el milano real, el quebrantahuesos y el alimoche.

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