Los ganaderos de ovino de carne están percibiendo aproximadamente el 10% más por su producto que hace un año, gracias a la revalorización sostenida que viene experimentando durante el último trimestre. Así se desprende de los datos facilitados este viernes, 19 de julio, por la Mesa del Lechazo de Castilla y León, conforme a los contratos visados en Tordesillas. La mesa ha firmado el pasado 5 de julio un convenio con el Ayuntamiento de esta localidad vallisoletana para establecer allí su sede y la lonja de referencia, entre otros acuerdos para promocionar el lechazo de esta comunidad.

Los ganaderos de ovino de carne afrontan, pues, con buenas perspectivas la segunda mitad del año, que puede considerarse su temporada alta por la mayor demanda, que culmina en las fiestas navideñas. De hecho, los precios máximos para el productor suelen registrarse cada año en torno al puente de la Inmaculada Concepción.

El lechazo de Indicación Geográfica Protegida (IGP) se está pagando actualmente a 5,85 euros el kilo, el 10,4% más que en 2023 a estas alturas de año. La revalorización anual es algo más baja en el lechazo Tierra de Sabor (+9,3%), que ya cotiza a 5,30 euros el kilo; y en el lechazo de entre diez y doce kilos para sacrificio sin marchamo de calidad (+9,5%), que también ha subido diez céntimos con respecto a hace dos semanas (al igual que el resto de categorías), para situarse en los 5,20 euros/kilo.

Más elevada es el alza del precio del lechal de hasta dieciséis kilos para cebar (+25%), que se cotiza hoy en torno a 61,5 euros por cabeza, frente a los 49 euros de hace un año. La razón de este incremento hay que buscarla en la paulatina bajada de la oferta de ganadería ovina de carne que registra España desde hace tiempo. De casi 11,4 millones de cabezas que había en 2009 se ha pasado a poco más de 7,5 millones en 2022; es decir, en ese periodo 2009-2022 la cabaña española de ovino cárnico habría perdido más de un tercio de su volumen (-34 %), unas 300 000 cabezas menos cada año.

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