Según las fuentes, la estacionalidad de la venta del pollo "pota blava", concentrada en las fiestas de Navidad, hacía inviable la continuidad de la granja como negocio privado.
Por otro lado, el Ayuntamiento ha construido en el camino de la playa un gallinero para la cría de pollos "pota blava", que ha cedido a la Associació de Criadors.