El creciente consumo de bebidas vegetales «da alas» al cultivo de la soja, de la mano de la firma Calidad Pascual -que lo ha rescatado del olvido que sufría desde hace casi cuatro décadas-, pero la asignatura pendiente en España es incentivar también la producción para alimentación animal. Además, desde la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe) se insiste en que se trata de un cultivo «donde salen las cuentas».
Actualmente, dicha compañía ha promovido campos de soja repartidos por varias provincias de Castilla y León, Extremadura, Navarra y Cataluña, y su idea es seguir creciendo.
La materia prima permite a Calidad Pascual elaborar distintas referencias de bebidas de soja, desde la natural a los sabores, la bebida de zumos o la «bebida de soja especial café para hostelería».
El «objetivo con la soja es seguir creciendo de manera controlada y de la mano del productor nacional»
El último lanzamiento se ha dado a conocer este martes 12 («Vasos Vivesoy Soja+Café»), con un nuevo formato que, según la firma, «ofrece una alternativa vegetal fácil de transportar», pensada para consumir fuera de casa.
El director de Compras Agro de Calidad Pascual, Joaquín Lorenzo, ha explicado a Efeagro que su «objetivo con la soja es seguir creciendo de manera controlada y de la mano del productor nacional».
Para la actual campaña 2017 han contratado el aprovisionamiento de alrededor de 1.200 hectáreas de cultivo de soja de origen nacional, libre de transgénicos, un 20 % más que en el 2016; un sector que «va a más».
Casi el cien por cien de la soja que se produce en España con destino humano procede de cultivos promovidos por la compañía, a través de contratos directos con agricultores y cooperativas.
«Tomás Pascual, nuestro fundador, apostó en el cambio de siglo por este cultivo en nuestro país con el fin de implantar la cultura del cultivo de soja, perdida en los 80; muchos pensaban que no se podría sembrar esta leguminosa en España, y no es así; de hecho, estamos bastante por encima de la producción media por hectárea del resto de países», explica.
El proceso de fabricación de su bebida de soja se realiza en el Complejo Industrial de Aranda de Duero, donde reciben alrededor de 20.000 kilos de habas de soja al día, unas 5.000 toneladas al año, que le sirven para preparar la base con las que elaboran sus productos.
«En Aranda de Duero producimos entre 84.000-98.000 litros diarios de bebidas de soja, en todas sus variedades, con las que llegamos a prácticamente el cien por cien de la distribución moderna», añade, tras incidir en el liderazgo de la marca en el segmento: «más de 1,3 millones de españoles la consumen, con una cuota de mercado del 29,7 %».
Frente al auge del cultivo para consumo humano, España tiene como asignatura pendiente fomentarlo también para alimentación animal.
Para Accoe, es un cultivo rentable: En puerto se ha estado pagado a 340 euros/tonelada (cuando el cereal lo hacía a 150-160)
Desde la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe), José Manuel Álvarez (Accoe) reconoce no entender que la soja apenas se cultive en el país, dado el déficit de proteína en toda la Unión Europea, que obliga a importar grandes cantidades para atender las necesidades de la industria de piensos para el ganado.
A juicio de Álvarez, no es un problema de rentabilidad, porque los números les «saldrían» a los agricultores que se decanten por introducir la soja en sus fincas, ya que en puerto se ha estado pagado a 340 euros/tonelada (cuando el cereal lo hacía a 150-160).
El responsable de cereales, oleaginosas y proteaginosas de Asaja ante el Copa-Cogeca, Pedro Gallardo, coincide y cree que «no tiene ningún sentido» que Italia disponga ya de 240.000 hectáreas, mientras España apenas llega a 1.200, cuando ambas tienen condiciones agronómicas y climáticas similares, y hay una creciente demanda de soja no transgénica en países de toda Europa.
Según los datos que maneja el sector agrícola, Italia produce actualmente 1 millón de toneladas en sus 240.000 hectáreas, frente a las apenas 3.000 toneladas en España, casi testimoniales.
«Tendríamos que hacer algo», reclama Gallardo, quien tiene previsto pedir esta misma semana en un encuentro en el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) que se ponga en marcha un plan nacional de fomento del cultivo de la soja.
Los expertos creen que España tiene una gran oportunidad, y no sólo para alimentación humana, sino también para fabricar piensos «made in Europa», libres de OGM -a diferencia de la soja de EEUU, Brasil o Argentina, que una parte de la opinión pública cuestiona- y compatible, bajo determinadas normas, con la ganadería ecológica.
(Texto: Gnés Mena / Efeagro)