El estudio completa una investigación previa en la que los expertos analizaron hasta quince variedades de pimiento común (Capsicum annuum) y dos especies relacionadas (C.chinense y C.frutescens) de perfiles aromáticos muy diversos.
En ese caso, se observó con detalle la variabilidad y cantidad de compuestos volátiles presentes en cada una de ellas y descubrieron más de 150 compuestos de este tipo desconocidos hasta ese momento para esta hortaliza.
El trabajo publicado ahora constata un "claro efecto parental" en la composición de volátiles en los pimientos, de modo que, si cruzamos una variedad con un perfil de compuestos volátiles determinado con otra variedad dotada de un perfil complementario, el híbrido final aglutinará los patrones sensoriales de ambos "padres".
Esta herencia se cumple, además, "tanto en fruto maduro como en fruto verde", los dos estados comerciales de esta hortaliza, ha explicado el investigador del Comav y responsable de esta línea de investigación, Adrián Rodríguez-Burruezo.
Según ha señalado, el hallazgo resulta fundamental para el campo de la mejora genética, ya que revela una de las claves para conseguir un producto que responda a las necesidades exactas que requiera un determinado sector.
Así, si queremos conseguir un pimiento verde de un tamaño determinado y con un intenso aroma herbáceo, "cruzaremos dos padres con frutos que, en estado inmaduro, son ricos en compuestos volátiles responsables de aromas herbáceos, como aldehídos y compuestos sulfurados, a la vez que complementarios", ha detallado.
El trabajo, desarrollado con el apoyo del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y la Fundación Agroalimed los investigadores, demuestra en definitiva que cruzando esos perfiles complementarios es posible obtener el producto final deseado.
En esta ocasión, los investigadores han trabajado con pimientos California wonder -la variedad más común en el mercado europeo-, pimientos del piquillo, guindillas y chiles serranos, entre otros