EFE.- Así lo ha explicado hoy a Efe el jefe del área de hidrogeología del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Miguel Mejías, quien ha calificado de "espectacular" esta recuperación, mayor aún de la que se produjo en el período húmedo registrado entre 1995 y 1997.

Esta pasada primavera el nivel de la Unidad de la Mancha Occidental se encontraba, en algunos puntos, a 6,22 metros de profundidad respecto al nivel freático.

Mejías ha señalado que entre los periodos de aguas altas de 2011 y 2012 la Unidad ha experimentado una recuperación de 2,35 metros, a pesar de que el último año hidrológico se ha clasificado como seco.

La recuperación de niveles se ha mantenido hasta mediados de mayo de 2012 y a partir de ese momento ha iniciado una etapa de descenso pero, en cualquier caso, la variación de reservas entre 1980 y 2012 es inferior a los 1.210 hectómetros cúbicos.

Para el geólogo, "es evidente" que la recuperación futura de la Unidad de la Mancha Occidental pasa por un ascenso de los niveles piezométricos que permita que vuelvan a producirse surgencias en las antiguas zonas de descarga del Acuífero 23.

A modo de referencia, explica que si a largo plazo la Unidad de Mancha Occidental se mantiene por debajo de los 200 hectómetros cúbiso al año, se comenzarían a recuperar en algunas zonas las descargas del Acuífero, aunque asociadas a secuencias húmedas.

Y a partir de un volumen inferior a los 150 hectómetros cúbicos al año, mantenido en el tiempo, podría hablarse de "recuperaciones hidrológico-medioambientales importantes", ha dicho.

En cualquier caso, Mejías ha apuntado que "la recuperación del sistema no se puede confiar sólo a la aparición de esporádicos períodos húmedos, como los de 1995-1997 y 2009-2011, ya que si bien producen ascensos de nivel muy importantes, su escasa duración temporal no permite la recuperación del esquema natural de flujo".

Por este motivo, es necesaria una especial consideración en la planificación hidrológica y hay que tener presente esta distribución irregular de la recarga cuando se habla de valores medios, así como aprovechar especialmente los esporádicos períodos húmedos para favorecer la recuperación del Acuífero y gestionar adecuadamente su utilización durante las etapas secas o medias.

Así, ha precisado que la recarga media del Acuífero se cifra en 350 hectómetros cúbicos por lluvia, los aportes de los ríos y lo que llega desde las Unidades Hidrogeológicas del Campo de Montiel y Sierra de Altomira.

La recarga "es muy variable", de tal manera que puede haber diferencias muy importantes de uno a otro ejercicio, y que un año se recargue 100 hectómetros cúbicos y otro 1.000.

Para Miguel Mejías, el escenario actual es muy bueno para conseguir el régimen natural del Acuífero, que antes permitía que a Las Tablas de Daimiel llegaran unos 65 hectómetros cúbicos de agua al año, entre aguas superficiales y subterráneas.

El objetivo, como recoge el borrador del Plan Hidrológico del Guadiana, es que el aporte a Las Tablas de Daimiel sea de 38 hectómetros cúbicos, de los cuales al menos 25 deberían ser de agua subterránea procedentes de los Ojos del Guadiana, "lo que haría funcionar de forma natural el Parque Nacional", ha precisado Mejías.

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