El 85 % de la producción de pollo en España está acogido a un plan de reducción del uso de antibióticos, una práctica que comenzó en 2015 y que ya ha permitido disminuir la cantidad de medicamento antibiótico que se suministra en las granjas.
Así lo explica en una entrevista con Efeagro el secretario general de la Organización Interprofesional de la Avicultura de Carne de Pollo (Propollo), Ángel Martín, quien remarca que el reto es una reducción «importante» del uso de estos medicamentos en los próximos años.
Fue el propio sector el que se dirigió a la Agencia Española del Medicamento para comunicarle que implementarían dicho plan, centrado en las medidas de bioseguridad, como la obligatoriedad de que las granjas cuenten con cercados, mallas pajareras o la aplicación rigurosa de líquidos desinfectantes a la entrada.
Según Martín, «si las granjas no tienen un alto grado de bioseguridad», «nunca» se podrá reducir la administración de antibióticos. Dichas medidas fueron supervisadas por la Agencia y por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), y repartidas entre todo el sector.
el bienestar animal es otro de los asuntos relevantes dentro del escenario actual del sector
Algunos de los productores ha tenido que hacer inversiones para adecuarse a estas medidas, que a su juicio son «imprescindibles» para minimizar las posibilidades de la entrada de enfermedades en las granjas y lograr reducir el uso de antibióticos.
Un objetivo que es fundamental para la lucha contra las resistencias antimicrobianas.
Junto a la sanidad, el bienestar animal es otro de los asuntos relevantes dentro del escenario actual del sector y sobre el que Martín recuerda que la crianza y el engorde de pollos «exige por ley» en la Unión Europea (UE) que los animales estén en espacios y en condiciones «muy determinadas».
En ese sentido, asegura que el propio sector y las autoridades competentes velan para que la densidad en las naves sea la permitida, por lo que califica de «absolutamente falso» que puedan encontrarse hacinados, especialmente en el ámbito de la UE y rechaza así la imagen proyectada desde algunas asociaciones animalistas.
Insiste, además, en que los granjeros y las empresas integradoras son los primeros interesados en cumplir con la normativa de bienestar animal en cuanto a espacio, comida y bebida disponible para que sean aptos una vez lleguen al matadero.
En cuanto al mercado internacional, el avícola de carne está pendiente del tratado de libre comercio entre la UE y los países del Mercosur que, en principio, no ven favorable porque está Brasil, principal exportador, que produce un pollo y de acuerdo a sus datos «muy barato y no en las mismas condiciones» que en la Unión Europea.
España ha incrementado un 25 % las ventas de pollo fuera de sus fronteras
Además, subraya, Brasil ya cuenta con acuerdos de reducción de aranceles y «exporta lo suficiente» al territorio comunitario.
A términos globales, España ha incrementado un 25 % las ventas de pollo fuera de sus fronteras en el último lustro, especialmente dentro de la UE y a países subsaharianos como Togo o Guinea y se prevé que suban las exportaciones al mercado asiático y está esperanzado con las «muchas posibilidades» de abrir próximamente mercado con China.
También está muy pendiente del problema de los «falsos autónomos» en las cooperativas de trabajo asociado -un asunto denunciado por las organizaciones sindicales- y cree que la solución está en que las partes se sienten a negociar.
La mesa negociadora se creó, pero se ha disuelto, y aboga por reabrirla para «buscar salidas» sin necesidad de ir a tribunales.
España es el segundo productor europeo de carne de pollo por detrás de Reino Unido
Por lo que respecta al mercado interior, Martín incide en que acaba de comenzar la campaña de verano, que se prolongará hasta mediados de septiembre y que e vital, ya que «desborda» la demanda de pollo para asadores en el litoral y en las fiestas patronales.
Es un pollo más pequeño que el habitual para poder meterlo en el asador y en estos tres meses y medio «tiene un gran tirón», precisa.
España es el segundo productor europeo de carne de pollo por detrás de Reino Unido, genera cerca de 60.000 empleos, produce más de 11 millones de animales a la semana y factura 1.800 millones al año.