La mayoría de los antiguos pinares han sido sustituidos por matorrales o por bosques aún muy jóvenes de especies arbóreas rebrotadoras, como la encina, el quejigo o el roble pubescente. La conclusión es que 20 años después del mayor incendio de la historia reciente de Cataluña ha dejado un cambio de paisaje a gran escala en el área afectada.

     El pino laricio, que antes del incendio ocupaba un 71% del terreno forestal en el área afectada, ha desaparecido de la mayor parte del territorio. Estos pinares, según el CREAF, están catalogados como Hábitats de interés comunitario prioritario por la Unión Europea.

     Lo mismo le ha ocurrido al pino albar (Pinus sylvestris), aunque éste tan sólo ocupaba un 6% del bosque inicial. Se trata de dos especies que en Cataluña aparecen sobre todo en zonas de montaña media y que no cuentan con ningún mecanismo de adaptación al paso de las llamas.

Se está sustituyendo el pino quemado por otro que sí se adapta a los incendios


       Según el estudio, en la zona sur del incendio, el pino carrasco (Pinus halepensis) está sustituyendo al pino laricio en buena parte del terreno que antes compartían, ya que el pino carrasco sí posee un mecanismo de adaptación a los incendios porque preserva parte de sus piñas cerradas durante años (piñas serotinas) para abrirlas justo después del fuego, lo que le permite colonizar fácilmente ambientes quemados.

      En otras zonas, el pino laricio convivía con especies arbóreas rebrotadoras (como encinas o robles), y ahora estas especies están ocupando todo el espacio, cambiando así la estructura y la composición del antiguo bosque.

     En muchos otros lugares (donde el pino laricio no convivía con otras especies arbóreas), los árboles están siendo reemplazados por matorrales, que han triplicado su extensión.

     Los ecólogos del CREAF han resaltado que el análisis pone de manifiesto la importancia que tienen los grandes incendios forestales como moduladores y transformadores del paisaje a gran escala, no sólo de manera inmediata, sino también a medio y largo plazo.

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