Así, la Comunidad autónoma se encuentra en una situación favorable, gracias al trabajo que se vino ejecutando en los últimos años, por lo que se puede concluir que más de dos tercios (2/3) de los ríos y de las rías de Galicia alcanzan el buen estado de las masas de agua, mientras que el resto del Estado esa cifra sólo llega al 50%.
Es necesario destacar que esta misma semana el Consejo Nacional del agua emitió informe favorable al Plan Hidrológico de la Demarcación del Duero, por lo que ya están aprobados la totalidad de planes que afectan a las aguas de Galicia. Es decir, un 100% de los ríos gallegos cuenta con un plan de gestión que ofrece información sobre el estado de los mismos, así como las actuaciones que se deben ejecutar para seguir avanzando en su mejora.
En relación con los principales problemas detectados en la Demarcación Hidrográfica Galicia-Costa, dependiente de la Xunta, y en los que se está trabajando desde Augas de Galicia, destaca la contaminación de origen residual urbana, seguido de la existencia de una presión agropecuaria considerable en algunas zonas, tal y como se constata con los resultados de los parámetros asociados a la contaminación de tipo humana y animal.
En menor medida y con una clara tendencia a la merma, cabe mencionar problemas de contaminación química detectados, derivados probablemente de industriales y actividades potencialmente contaminantes.
Desde Augas de Galicia se destaca la situación favorable de la que se parte en la Comunidad Autónoma sobre todo para llegar al objetivo que establece la Directiva Europea para el 2015, por lo que el esfuerzos de la Xunta y de Augas de Galicia irán encaminados a mejorar la calidad de las aguas.
El abastecimiento, prioritario
El Plan Hidrológico Galicia-Costa define y prioriza los usos del agua, reconociendo como uso prioritario el abastecimiento de la población, por encima de todos los demás; incluye el uso ambiental, en caso de necesitarse en las zonas protegidas; y determina el caudal ecológico como una restricción previa a los usos del agua, garantizando así su disponibilidad. Con este objetivo se dividió la Demarcación Hidrográfica Galicia – Costa en 480 masas de agua y se realizó su diagnosis de forma pormenorizada.
Los estudios realizados en el marco de los trabajos de elaboración del plan identificaron 462 masas de agua superficiales y 18 subterráneas. Todas las aguas subterráneas gallegas están en buen estado, así como el 70% de las superficiales.
El plan concreta un total de 550 actuaciones de las que la mayor parte, un 73%, será dedicado a mejoras de saneamiento y depuración. De la inversión total prevista, se incluyen 75 millones destinados a actuaciones de mejora del suministro de agua potable.
El Plan recoge un registro de zonas protegidas en el que se incluyen todas las zonas que fueron declaradas objeto de alguna protección especial. Esta protección es la relativa a la conservación de hábitats o especies que dependen directamente del agua, como la Red Natura 2000, y la designada directamente por el plan.
Una de las principales novedades del plan es la creación de nuevas figuras de protección como las zonas protegidas de captación de agua potable, que son aquellas que abastecen más de 50 personas; la declaración de reservas naturales fluviales, de las que se identificaron 13; y las zonas de protección especial, en las que habrá que prestar una mayor vigilancia a las actividades que se desarrollen para no producir impactos negativos.