EFE.- En torno al 23 % de los encuestados por el rotativo se mostró en contra de que el país asiático siga pescando ballenas.

El pasado 31 de marzo el CIJ ordenó a Japón cancelar su programa de pesca con fines científicos en el océano Antártico por considerar que dichos fines no se ajustan a los exigidos por la legislación internacional.

Sin embargo, este fallo no afecta a su otro programa científico en el Pacífico Norte ni a las capturas comerciales que realiza en sus costas.

Aún así, el veredicto ha incrementado la presión sobre la política ballenera del Gobierno nipón, que la semana pasada anunció finalmente que continuará con la caza de ballenas en el Pacífico Norte, aunque recortará las capturas anuales desde las actuales 380 hasta 210.

Con respecto a la sentencia, el 40 % de los que fueron sondeados la consideró razonable, mientras que un 39 % opinó lo contrario.

De cualquier modo, el 45 % de los que consideraron razonable el fallo del CIJ estimaron que Japón debería seguir adelante en todo caso con su programa en el Pacífico Norte.

La encuesta, realizada por vía telefónica, también mostró que solo el 4 % de los que respondieron suelen comer ocasionalmente carne de ballena.

El 48 % admitió haber comido ballena alguna vez, y el 37 % -la mitad de los cuales era menor de 40 años- dijo no haberla probado nunca.

Aunque una encuesta similar realizada por Asahi hace 12 años, en marzo de 2002, arrojó resultados casi idénticos, el nuevo sondeo revela una ligera tendencia a la baja en lo referente al consumo de ballena.

En 2002, un 33 % dijo no haber comido nunca su carne, frente al 37 % de 2014.

Pese a esta tendencia a la baja, grupos conservacionistas como Greenpeace han denunciado esta semana que una empresa ballenera islandesa ha enviado un cargamento de carne de ballena a Japón de unas 2.000 toneladas, una cantidad que estiman que podría ser récord.

Se espera que el pedido llegue a Japón en mayo, aunque se desconoce quien ha decidido importar tal cantidad de ballena.

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