EFE.- De hecho, las aguas transfronterizas cubren el 45 por ciento de la superficie de la tierra y conectan a dos o más estados, a través de aguas superficiales o subterráneas.

Esta falta de acuerdo en un asunto de gran interés para los territorios, como es la gestión hídrica, puede originar tensiones entre países vecinos, sin que se adopten medidas que solucionen el conflicto.

Sin embargo, también hay países con intereses muy bien diferenciados, como Rusia y Finlandia, que mantienen lazos de cooperación desde hace años, un ejemplo que se quiere trasladar a otros estados ribereños, en este año internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua, nombrado por Naciones Unidas.

Así lo ha afirmado Josefina Maeztu, directora de la Oficina de Naciones Unidas de Apoyo al Decenio Internacional para la Acción "El agua fuente de vida", organismo que organizará los próximos días 8, 9 y 10 de enero en Zaragoza una conferencia, en la que se analizarán los instrumentos necesarios para resolución de conflictos en países con aguas transfronterizas.

En concreto, y abordando casos prácticos como la gestión del río Jordan entre Jordania e Israel o el convenio de Albufeira entre España y Portugal, que comparten numerosas cuencas, se reflexionará sobre los mecanismos diplomáticos del agua y los beneficios de la cooperación internacional.

Entre ellos, según ha indicado Maeztu en rueda de prensa, se encuentra la distribución equitativa de los recursos hídricos para mejorar el acceso al agua y reducir la pobreza en el mundo.

Además, estos mecanismos de cooperación también favorecen el desarrollo de técnicas más eficientes para el almacenamiento del agua y su expansión a áreas de riego y contribuye a la protección del medio ambiente, lo que repercute también en una mayor calidad del recurso hídricoa.

Teniendo en cuenta estos beneficios, y su efecto en la reducción de tensiones entre los países, Naciones Unidas tiene como objetivo promover la cooperación a nivel internacional con compromisos políticos, que se prolonguen más allá de los gobiernos.

Para ello, propone la creación de marcos legales y acuerdos institucionales; el intercambio de información y evaluación conjunta; incentivos a la cooperación; mecanismos de mediación y resolución de conflictos y una mayor financiación, ya que con frecuencia la gestión del agua transfronteriza sobrepasa los recursos disponibles de los países ribereños, ha indicado Maeztu.

Esta cooperación no sólo se debe promover a nivel internacional, sino que debe ser una práctica también en el ámbito nacional y local, si se pretende lograr una gestión hídrica eficaz, ha señalado.

Para ello, en el marco de la conferencia, también se hablará sobre los modelos de cooperación en las comunidades de regantes, entre los que se pondrá como ejemplo la del Alto Aragón creada en 1902, y sobre la gestión eficaz del agua en las ciudades.

El última día de la conferencia, el 10 de enero, se analizarán experiencias de cooperación en España, como la Confederación Hidrográfica del Ebro, el Fondo del Agua, el mecanismo de Solidaridad para la Financiación de la Depuración en Aragón o la preparación de los planes de la Cuenca de Navarra.

A los actos, que se celebrarán en la sede de la CHE en Zaragoza, asistirán representantes de instituciones internacionales, como la ONU, la Unesco, Banco Mundial, el Pacto Global de Naciones Unidas, y representantes de distintos países, como Hungría, Finlandia, Rusia, México, Brasil, Bolivia, Senegal, Etiopía, Kenia o Perú, entre otros.

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