En principio, adquirió ocho cabezas para ver "cómo se adaptaban al clima y a la alimentación, ya que hay que tener en cuenta que aquí les ha cambiado todo a las condiciones en las que estaban en Jaén. En Galicia llueve bastante, el clima es húmedo, el pasto siempre está verde y ellas están en extensivo. Se alimentan siempre se productos del campo. Con todo, la adaptación ha sido muy buena”, resalta.
El área geográfica de ocupación se sitúa en la confluencia de las provincias de Ciudad Real, Albacete y Jaén, en las zonas abruptas de las estribaciones de Sierra Morena y Sierra de Alcaraz.
Esta fácil adaptación no ha sorprendido a los técnicos y veterinarios de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Caprino de la Raza Negra Serrana Castiza. “Eran animales jóvenes, lo que siempre facilita el trabajo, y, además, ya teníamos el precedente de otros animales que se habían adaptado bien a condiciones distintas a las que tenemos aquí. En nuestra zona viven en unas condiciones muy duras y eso les hace fuertes. Pero teníamos nuestras dudas con el tema de la humedad”, comenta Francisco Carrasco, técnico de la Asociación.
La cabra Negra Serrana dispone de excelente aptitud para la producción de carne en zonas de medio difícil, dada su perfecta adaptación al duro medio en que se explota, su gran formato corporal, el alto peso al nacimiento de los cabritos, el elevado ritmo de crecimiento y las buenas características de la canal, según el archivo documental de FEAGAS.
Es por ello que, el objetivo principal de su explotación es la citada producción, que se apoya en los tres tipos comerciales de carnicería siguientes: “cabrito de leche”, “chivo” y “caprino mayor”. En la actualidad, se está orientando la producción de carne hacia el “cabrito lechal”, animal alimentado principalmente con la leche de la madre, sacrificado a los 35-45 días de edad, con un peso vivo entre 8 y 10 kg.
Se explota en régimen extensivo. Vive sobre riscos en montes duros y leñosos, donde se suceden las lluvias, el frío y las altas temperaturas veraniegas. Generalmente permanecen de forma continuada, día y noche, al aire libre en el campo.
En general se agrupa en rebaños de buen tamaño, con una media entre 500 y 600 cabras, aunque existe una gran variabilidad, desde explotaciones con más de mil cabezas, a otras con menos de 100.