EFE.- Así se ha concluido en la jornada organizada por el sindicato agrario EHNE para presentar su propuesta acerca de la nueva reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC), sobre la base de que "las consecuencias reales de la aplicación de la PAC en vigor han resultado letales para el modelo familiar de la agricultura y la ganadería mayoritaria de la UE".
En una nota, este sindicato entiende que la crisis se ha "cebado" ahora con el sector de la ganadería, pero la ausencia de protección de los productos locales, la fuerte especulación de los mercados y otras cuestiones sin resolver en la política agraria "anuncian nuevas crisis que pueden extenderse al resto de sectores agrarios", entre ellos al cerealista.
En el documento de propuesta, presentado ya al Gobierno foral y en breve a los grupos políticos, EHNE pide respecto al marco financiero de la PAC que se mantengan el pago único por explotación y el actual presupuesto sin el recorte del 20-30 % previsto con la entrada de los nuevos países en la UE.
EHNE comparte la propuesta de la Comisión respecto a la necesidad de un rediseño del modelo de pagos directos con dos objetivos: económico o mediombiental.
Considera "clave" la definición del concepto de "agricultor activo", que define como el o la titular que obtiene un porcentaje determinado de ingresos de la actividad productiva agraria con respecto al total de su renta, y trabaja directamente en su explotación o a través del uso de empleo familiar o asalariado.
También apuesta por mantener las ayudas acopladas a la producción en un 100% y a la hora de definir qué superficies deben ser admisibles para percibir la PAC, EHNE no comparte el criterio de que se considere admisible cualquier superficie cultivada o no si el titular las mantiene en buenas condiciones y con todo su potencial para el cultivo.
El sindicato entiende que este criterio va en contra de algunos objetivos importantes de esta reforma como la garantía de la seguridad alimentaria o medioambientales.
Por otro lado, en cuando a seguridad alimentaria y mercados, EHNE cree "urgente" habilitar otros mecanismos para afrontar la volatilidad de los precios y las crisis alimentarias, y propone dotar de contenido al concepto de preferencia comunitaria y replantear la liberalización comercial.
El sindicato entiende que la "soberanía alimentaria" es el derecho de los países a orientar sus producciones de manera que se garantice que se van a cubrir las necesidades alimentarias de su población, sin tener que depender de las importaciones y cumpliendo con otras demandas de salubridad, medioambiente, bienestar animal o conservación de la biodiversidad.
Existen herramientas válidas en la PAC como el principio de preferencia comunitario o los sistemas de protección en frontera para evitar "impactos graves" en la economía o el tejido productivo local como asegura que ya está ocurriendo en Navarra con productos tan relevantes como el espárrago, el pimiento, la carne, la alcachofa o el tomate de industria.
El sindicato exige que los productos importados cumplan además con los mismos requisitos medioambientales, sanitarios, de bienestar animal o salud pública que los producidos en casa.
También propone eliminar las ayudas que permiten exportar a un precio inferior al coste de producción y en el ámbito del comercio interno, pide armonizar el nivel de apoyos públicos al sector en función de la realidad socioeconómica de los estados miembros.