La UE y Ecuador celebran esta semana su primera ronda de conversaciones desde que en 2009 el país andino se levantase de la mesa de negociaciones en la que también estaban Colombia y Perú, que culminaron el proceso y ya tienen en vigor un tratado de libre comercio con el bloque europeo.

    Quito consideró entonces que los resultados de las conversaciones no iban encaminados a apuntalar las reformas por el desarrollo del país. "Es indudable que el tiempo que ha transcurrido es extenso y en ese periodo el país ha cambiado", indicó Rivadeneiraa Efe, al tiempo que destacó que desde entonces el país "se ha desarrollado de manera significativa".

    Agregó que Ecuador también ha avanzado en las reformas sociales, el modelo de bienestar social, la reducción de la pobreza o la educación, así como en infraestructuras como transportes o energías limpias.

"Hemos cambiado en cinco años, somos más desarrollados"


    En su opinión, "hemos cambiado significativamente en cinco años, somos un país mucho más desarrollado y más preparado para poder negociar con un bloque económico y comercial", subrayó.

    El ministro indicó que su país se va a "integrar" al acuerdo multipartito que la UE ya ha suscrito con Bogotá y Lima, pero precisó que eso "no significa que meramente nos estemos adhiriendo".

    "Nos incorporamos a un acuerdo que tiene un tronco común, elementos comunes, pero que tiene grandes particularidades para cada caso", enfatizó.

    "Uno de los grandes errores y falacias que se utilizan en este tema es decir que el acuerdo multipartes es idéntico para la UE, Colombia, Perú y Ecuador", recalcó, al tiempo que precisó que para cada país hay "particularidades específicas" no sólo en los anexos sino "también en el mismo texto" del tratado.

    Rivadeneira abogó por que el pacto respete "las sensibilidades del país" y que sea un "instrumento de apertura comercial", que en todo caso debe conllevar un seguimiento tras su entrada en vigor.

Reconoce que "habrá que cambiar normativas"


    Así, aunque reconoció que en algunos casos "habrá que cambiar normativas", aseguró que lo que está negociando Ecuador "de ninguna manera pueda afectar el modelo de desarrollo económico" del país.

    Al mismo tiempo, dijo que harán "todo lo necesario" para que los costos para la población ecuatoriana y ciertos sectores sean "los menores posibles", y para ello aplicarán políticas para que puedan "competir rápidamente" o "converger hacia otras industrias".

    Desde el abandono de Ecuador de las negociaciones se han producido hechos clave que han animado al país a retomar las tratativas, en particular el histórico pacto en Ginebra de diciembre de 2009 para reducir gradualmente los aranceles europeos a la importación de banano, un producto ecuatoriano "prioritario".

    Además, la UE y Ecuador mantuvieron los contactos y celebraron reuniones técnicas que les permitieron alcanzar "mínimos comunes" sobre algunos de los temas más sensibles para Quito, como propiedad intelectual, compras públicas y servicios y establecimiento, de forma que "ya no eran obstáculo" para volver a negociar.

Una negociación más dura en temas de acceso al mercado de bienes agrícolas


    El ministro reconoció que, al margen de esos asuntos, pueden "quedar para el final" ciertos temas de acceso al mercado de bienes agrícolas e industriales y que la negociación sea más dura sobre productos "competidores directos o sustitutos" de los europeos, como los cereales, las oleaginosas o los lácteos.

    Sobre el banano, Rivadeneira confió en que no haya "ningún problema" y que consigan un acuerdo "por lo menos igual" al logrado por Perú y Colombia.

    Por otra parte, Ecuador espera que el acuerdo con la UE le permita incrementar la transferencia de tecnología y las inversiones y establecimiento de empresas europeas que contribuyan al objetivo del Gobierno de Rafael Correa de llevar a cabo el cambio de matriz productiva, y que el país pueda exportar no sólo recursos naturales sino también productos manufacturados y con mayor valor añadido.

    El ministro se mostró confiado en que el acuerdo se pueda cerrar en tres o cuatro rondas negociadoras a más tardar.

    "No habría ninguna razón para que no podamos cerrar antes de que concluya el primer semestre de este año" un acuerdo "beneficioso para las dos partes", concluyó.

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