Aunque el presidente de la organización conservacionista, Luis Miguel Domínguez, y el secretario regional de UPA, Julio López, se han dado la mano delante de las cámaras, en su conversación ante los micrófonos han puesto en evidencia sus diferencias.
Lobo Marley, que lleva el nombre de un ejemplar abatido el año pasado en Picos de Europa, ha presentado en la Consejería las cerca de 145.000 firmas recogidas por Internet para "evitar el exterminio del lobo en Ávila".
Domínguez ha asegurado que los datos oficiales reflejan que no existen más de treinta lobos en Ávila, por lo que los daños al ganado "son anecdóticos" y están "sobredimensionados".
Unos hablan de division y otros de manipulación
Asimismo, ha cuestionado la representatividad de UPA y COAG, ya que ha afirmado que incluso hay ganaderos que apoyan a Lobo Marley.
Por su parte, Julio López ha acusado a este colectivo de "estar manipulando", tras registrar UPA y COAG en la Consejería un centenar de mociones de ayuntamientos que piden que Ávila sea zona libre de lobos.
El responsable de UPA ha manifestado que la presencia del lobo es "incompatible" en mucha zonas con la ganadería extensiva, por lo que ha reclamado a la Junta medidas para hacer compatible esta actividad con la conservación de la especie protegida, "sin que tenga que desaparecer".
López ha declarado que no se pretende "una guerra contra ningún colectivo" ni una confrontación con "ecolojetas".
Además, ha defendido que la representatividad de las organizaciones agrarias se establece en función de unas elecciones en el sector agrario, mientras que "otros no sabemos qué representan".
A continuación, Domínguez ha protagonizado un cruce de declaraciones con el director general de Medio Natural, José Ángel Arranz, quien le ha reprochado que lleva sus planteamientos a "posturas extremas" para "terminar tergiversando las cosas".
El director general ha abogado porque el ganadero "no sea una víctima" de la conservación del lobo, "sino un aliado más", y ha defendido los buenos resultados del plan de gestión de la especie en Castilla y León desde hace más de una década.
Arranz ha subrayado la conveniencia de "reducir la conflictividad" sobre el lobo en Castilla y León, que conserva una de las mayores poblaciones de esta especie en la Unión Europea.