La Cooperativa ACOR ha expresado su defensa pública del sector azucarero-remolachero ante el «nuevo ataque injustificado» del ministro de Consumo, Alberto Garzón, que vuelve a culpabilizar a un único producto del problema de la obesidad en España cuando se trata de una patología compleja causada por múltiples factores. Por eso, le piden que abandone la moqueta y el asfalto y venga un día a conocer nuestros campos, a que pise el medio rural

En este sentido, consideran que denigrar continuamente al azúcar no soluciona el problema de sobrepeso y, en cambio, causa un enorme perjuicio a un sector que se encuentra en un proceso de recuperación tras la desaparición de las cuotas de la UE.

«Somos capaces de generar una destacada actividad económica en la España Vaciada al tratarse de un cultivo social que aporta seguridad y estabilidad a la renta agraria de miles de agricultores españoles. En total, 25.000 familias españolas del medio rural tienen su futuro en el sector».

El azúcar es un producto 100% de origen vegetal procedente de la remolacha que, en nuestro caso, cultivan 4.400 remolacheros en los entornos de las zonas rurales de Castilla y León. Se trata de un cultivo verde, con una gran capacidad como sumidero de carbono, circunstancia que sí están sabiendo reconocer otras administraciones como la UE a través de su PAC.

La presencia del azúcar en los alimentos no se debe exclusivamente a su capacidad endulzante, sino también por ser un eficaz conservante y espesante. No hay ningún otro producto natural que permita esta versatilidad y para su sustitución deben utilizarse numerosos edulcorantes artificiales.

LA REMOLACHA NO ES SOLO AZÚCAR

Para el presidente de ACOR, Jesús Posadas, este tipo de campañas se efectúan desde el absoluto desconocimiento del sector azucarero-remolachero: “El lunes invitaremos de forma oficial a Alberto Garzón a que abandone la moqueta y el asfalto y venga un día a conocer nuestros campos, a que pise el medio rural. Le mostraremos nuestras instalaciones, ahora en plena campaña, y podremos charlar con los remolacheros, también con los hijos de los remolacheros si quiere, para que compruebe la vitalidad del sector y la desilusión que generan sus iniciativas. Y ya de paso podemos repasar los costes energéticos de nuestra fábrica”.

Por eso defiende que se debe conocer que esta agroindustria cuenta con un modelo de economía circular y bioeconomía en el que, además de sacarosa, producimos muchos otros co-productos tales como materias primas para la ganadería, biocarburantes, fertilizantes y nutrientes para el suelo e incluso, algo menos conocido, energía producida en forma de electricidad, calor y biogás.

Asimismo, ofrecen de nuevo su colaboración «para sensibilizar a la población y promocionar e incentivar estilos de vida más activos y saludables con el desarrollo de acciones informativas y educativas. Pero, lamentablemente, el ataque indiscriminado a un producto natural como es el azúcar no va a solucionar el problema y solo va a causar un daño irreparable al sector».

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