EFE.- Dos millones de toneladas de purines del sector porcino podrían acabar cada año en los suelos españoles, con los consecuentes problemas de contaminación ambiental, cuando tengan que cerrar las 28 plantas de tratamiento y cogeneración, a partir de 2014, de las que cuatro se encuentran en Aragón.
Así lo ha señalado a Efe el presidente de la Asociación para el Desimpacto Ambiental de los purines (ADAP), Jorge Tinas, quien ha explicado que el cierre previsto de esas instalaciones por falta de rentabilidad, al acabarse las subvenciones, dejará sin tratar dos millones de toneladas de purines anualmente, de los que entre 350.000 y 400.000 metros cúbicos se producen en Aragón.
Por ello, ha pedido a la Administración la búsqueda de soluciones a este problema que en su opinión pasan por la mejora en la eficiencia energética de las plantas actuales y la incorporación del biogás, para así contribuir a la reducción de los gases de efecto invernadero que producen los purines.
La asociación apuesta por la construcción de más plantas de biogás de origen agroalimentario, ya que en España hay apenas una docena, una solución que para hacerla viable necesita de la mejora de la tarifa para la electricidad que se genere con esa tecnología.
Tinas ha informado en declaraciones a Efe, con motivo de una jornada técnica que ha organizado ADAP en el marco de Exporecicla’11 en la Feria de Zaragoza, que en España se producen anualmente 45 millones de toneladas de purines, es decir la mezcla de los excrementos sólidos y líquidos del ganado, las aguas residuales y los restos de comida de los cerdos.
De esta cantidad, siete millones de toneladas son los excedentes de los que no se pueden utilizar como abono en la agricultura, para su fertilización, al localizarse en zonas con ganadería intensiva, y de ellos los socios de ADAP tratan dos millones de toneladas en sus plantas.
Unas instalaciones para las que la Administración les permitió incorporar cogeneración, cuya electricidad podían volcar a la red a precios competitivos y utilizarla para el tratamiento de los residuos, ha explicado Tinas, quien ha señalado que esa situación se modificó en 2007 mediante un decreto.
Según el presidente de la asociación, que nació hace diez años para defender los intereses de las empresas con instalaciones de tratamiento complementadas con la cogeneración, ese decreto ha implicado que las plantas tengan que cerrar a los quince años de su puesta en funcionamiento, por lo que en 2014 le tocará a dos de Cataluña y en 2016 a la de Altorricón, en Huesca.
Además de la de Altorricón, en Aragón existen otras tres plantas de este tipo, todas ellas en la provincia oscense, de las que dos están en Monzón y una en Fonz, y que dan servicio a entre 30 y 40 granjas cada una.
Cada una de ellas emplea a unos quince trabajadores y entre todas dan trabajo a otras cien personas de manera indirecta.
Por ello, según Tinas la repercusión de su posible cierre, además de en la contaminación medioambiental, tiene incidencia económica y social para el sector ganadero y la zona rural en la que se encuentran.
España tiene, con 25 millones de cabezas de porcino, la segunda cabaña ganadera de Europa, casi similar a la de Alemania, de las que más de cinco millones se encuentran en Aragón, ha informado.
Los purines (95 por ciento de agua y 5 por ciento de materia orgánica) son cien veces más contaminantes que las aguas residuales urbanas, por lo que el coste de la descontaminación es mucho mayor.
Por ello, según el presidente de ASAP, se necesita apoyo administrativo para impulsar el biogás y que el medioambiente no se vea más perjudicado de lo que ya está.