EFE.- Don Felipe ha hecho estas consideraciones en la clausura de la conmemoración del centenario del Instituto Español de Oceanografía (IEO), que cumple un siglo dedicado a los «desafíos» de los mares.
«Es de gran importancia que las administraciones, las empresas y la sociedad en general nos comprometamos con el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación», ha manifestado don Felipe en un acto celebrado en el pabellón de los jardines de Cecilio Rodríguez, en el madrileño parque del Retiro.
Especial hincapié ha hecho en la importancia de «fomentar las vocaciones científicas y el mayor aprecio popular por la ciencia», así como en la necesidad de «lograr retener más talento y dar más oportunidades a nuestros jóvenes científicos».
La secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela; el director del IEO, Eduardo Balguerías, y el académico Arturo Pérez Reverte, con una evocación personal y literaria sobre «océanos y libros», han participado también en la celebración.
El Heredero de la Corona ha dicho que «la generación del conocimiento, tanto en oceanografía como en cualquier otro campo, es fundamental para el crecimiento económico y para el progreso de las sociedades», para concluir: «La I+D+i es clave, es una de las palancas más necesarias para poder generar ese conocimiento».
Don Felipe ha puesto al IEO como ejemplo de la capacidad de «adaptarse a los tiempos», para avanzar en el campo científico y situarse como «referente internacional en muchas áreas de la investigación marina y marítima».
Ha constatado el nivel «muy considerable» que España ha alcanzado en el campo científico en las últimas décadas, gracias a un sistema que permite a «nuestros mejores talentos», ha incidido, desempeñar su trabajo en centros de primer nivel, que sus descubrimientos se valoren y llegar a los primeros puestos en producción científica.
En su alocución, ha constatado la vinculación española con los mares y los océanos que, según ha enfatizado -ha influido decisivamente en la historia de España- y se ha remontado al origen del Instituto Nacional de Oceanografía, cuando el naturalista aragonés Odón de Buen del Cos convenció a su abuelo, el Rey Alfonso XIII, de la necesidad de crear un instituto como este.
Y si durante cien años el IEO se ha ocupado de estudiar los océanos y resolver los «desafíos que plantean nuestras aguas y las aguas de los demás mares del mundo», el Príncipe de Asturias ha considerado «imprescindible» que continúe con su trabajo en un país como España, «tan ligado a la mar y a sus costas».
Entre los retos que le esperan, ha citado el cambio climático y el calentamiento global, que «afectan a la salud de los mares y a la seguridad de las zonas costeras», así como la explotación de los recursos marinos de forma sostenible.
Por su parte, la secretaria de Estado ha manifestado que el IEO celebra su centenario «con un pasado impresionante y con un futuro prometedor y extraordinario», y ha asegurado que se trata de «nuestro mejor aliado» para comprender y proteger los mares.
El director del instituto ha hecho hincapié en los hitos de su historia a partir del «sueño» que tuvo Odón de Buen del Cos, y ha afirmado que sus principios fundacionales, para «estudiar las condiciones físicas, químicas y biológicas» de los mares, y su «explotación racional», siguen un siglo más tarde, plenamente vigentes.
El IEO cuenta con una plantilla de 700 personas, un presupuesto que supera los 65 millones de euros y una amplia cobertura geográfica con instalaciones en diversos puntos costeros de España, así como una flota de cuatro grandes buques y otras embarcaciones de menor envergadura.