EFE.- En una entrevista concedida a Efeagro, Pascual ha asegurado que "tiene esperanza" en que España se sume al bloque conformado por nueve países de la Unión Europea (UE) que se oponen a la medida que lideran Francia, Italia y Alemania, y en el que se encuentran también Austria, Hungría, Portugal, Rumanía, Chipre y Luxemburgo.
Ha asegurado "no entender" las razones que han impedido hasta ahora que el Gobierno español se haya sumado a este grupo para evitar que prospere la iniciativa.
En su opinión, es necesario recabar los mayores apoyos posibles "para dar marcha atrás" en la dirección que marcó la Organización Común de Mercado (OCM) a finales de 2007 en este sentido y evitar que "haga bastante daño" a la economía vitivinícola española y europea.
Ha advertido que una liberalización de estas características -las autoridades francesas la han llegado a tildar de "locura económica"- será muy "nociva", al dejar la puerta abierta a plantaciones "masivas e indiscriminadas" que provocarán el desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Los perjuicios serían para todo el viñedo y, especialmente, para las denominaciones de origen y los vinos de calidad, productores y bodegas, tal y como han apuntado desde la Conferencia española de Consejos Reguladores Vitivinícolas españoles, organizaciones agrarias, Parlamento Europeo o Federación Europea de Vinos con Denominación de Origen (Efow), entre otros.
Para Pascual, "abrir las puertas" a más plantaciones debería vincularse a una evolución alcista de la demanda o, de lo contrario, se producirá una distorsión en los mercados.
Si se fomentan "desequilibrios" en el sector vitivinícola "será muy difícil" recuperar la normalidad, "dados los tiempos que corren", ha precisado.
Ha reivindicado el apoyo de las Administraciones al sector vitivinícola, una actividad milenaria de gran tradición cultural, que, según ha subrayado, permite asentar población en el territorio y produce un alimento saludable si se toma con moderación.
"Sería un error no protegerlo", ha remarcado.