EFE.-  Durante su intervención en un encuentro organizado por el Foro Interalimentario en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), ha destacado que el productor, que es el primer eslabón de la cadena, debe ver dónde están los riesgos y controlarlos.

Según Arboix, esa tarea tiene que basarse en guías de buenas prácticas, mucho más frecuentes en el sector animal que en el vegetal, para el que "existen muy pocas", ha reconocido.

La directora general del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) ha destacado que la llamada crisis del pepino es un ejemplo claro de que el primer eslabón puede condicionar toda la cadena de valor de un alimento y ha defendido que es "muy importante" que el productor lleve un registro de todo lo que hace en la granja, en el campo o en la explotación ganadera.

Ha incidido en que en la industria alimentaria se ha "avanzado muchísimo" en este tipo de controles pero hay que implementarlos, ha dicho, en la producción primaria.

"Posiblemente los reglamentos no dejan muy claro en algunos apartados que deben realizarse esos autocontroles", ha apuntado Arboix, quien ha reconocido que la propia legislación ha dejado "muy abierto" este aspecto, por lo que "no hay que echarle la culpa al productor".

Los autocontroles en el caso de la producción animal tienen que abarcar aspectos como el manejo de los animales, los medicamentos o los piensos, ha señalado la directora general, quien ha apuntado, como ejemplo, un estudio que ha determinado que el almacenamiento de piensos es uno de los principales focos de salmonela en las granjas.

De la misma forma, el productor de vegetales tiene que controlar desde el agua con la que riega a las condiciones de los invernaderos pasando por los abonos y los productos fitosanitarios que utilice.

Para Arboix, otros de los retos en seguridad alimentaria es que las administraciones se auditen y controlen "como hacen los inspectores las cosas" y un seguimiento mayor del trabajo que llevan a cabo las comunidades autónomas en este ámbito.

La directora general ha insistido en que hay que seguir avanzando para garantizar, desde el punto de partida, el producto que llega a la mesa del consumidor.

"Somos el primer país exportador de frutas y hortalizas de Europa y estamos haciéndolo bien, pero hay que cosas que hay que mejorar", ha opinado.

Las crisis alimentarias como la del pepino, la "más gorda", a su juicio, que ha vivido el sector de la producción de vegetales en España, o con anterioridad, la de las vacas locas son una de las principales razones de que las medidas de seguridad alimentaria hayan dado "un salto espectacular" en los últimos años, según Arboix.

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