Las cooperativas, cuando están unidas, mejoran su eficiencia, su productividad y su rentabilidad. Son más resistentes ante las crisis. Acceden con más facilidad a los mercados nacionales e internacionales y pueden competir en ellos en condiciones similares a las de otro tipo de empresas. Todo ello se traduce en beneficios para sus socios que son, al fin y al cabo, los propietarios de las cooperativas y los mayores interesados en el buen funcionamiento de estas.
Consciente de que mejorar la rentabilidad de agricultores y ganaderos es siempre una máxima a seguir, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía trabaja desde hace años en los procesos de integración, fusión o colaboración entre empresas cooperativas de la región. Se trata de hacer más fuertes a entidades que llevan en su ADN el valor de la cooperación y que crean riqueza y empleo allí donde se ubican. Con su unión se pretende profesionalizarlas al máximo y, al mismo tiempo, lograr un importante ahorro de recursos.
En un mercado globalizado, “las cooperativas no pueden seguir operando de forma individual y mucho menos si pretenden competir en igualdad de condiciones con empresas que tienen un volumen mucho mayor y en un contexto en el que la distribución está cada vez más concentrada”, analiza el director de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Jaime Martínez-Conradi. Por ello, la organización defiende la necesidad de agilizar y acelerar la dimensión cooperativa a través de procesos de integración o de fusión, así como con acuerdos comerciales entre cooperativas o con la participación en proyectos en común.
Una de las iniciativas que realiza en esta materia la federación es el proyecto ‘Mejora de la competitividad de las cooperativas agrarias mediante el impulso en los procesos de integración y fusión’. La Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo financia esta iniciativa a través del Programa de Apoyo a la Promoción y el Desarrollo de la Economía Social para el Empleo.
El programa comenzó en enero de 2019 y gracias a él se ha prestado asistencia técnica, asesoramiento y consultoría específica para facilitar los procesos de integración o fusión de catorce cooperativas andaluzas. Los técnicos de la organización han asesorado y tutelado a las entidades a lo largo de todo el proceso, “ya sea en cuestiones fiscales, financieras, jurídicas, agronómicas o incluso psicológicas”, detalla Jaime Martínez-Conradi. No obstante, son los socios de las cooperativas los que tienen la última palabra y los que deciden en asamblea si ven conveniente o no el proceso.
AHORRO Y EFICACIA
En el verano de 2019 una de las fusiones más destacadas fue la de las cooperativas Nuestra Señora de las Virtudes y San José, ambas de la Puebla de Cazalla (Sevilla). Nació así Oleand, una entidad que en sus casi dos años de andadura ha logrado, en palabras de su presidente, Antonio Candil, “hacer un uso más racional de los recursos, buscar el máximo ahorro de costos y la mayor rentabilidad para los socios”.
Oleand, a su vez, está integrada en el grupo Manzanilla Olive, a través del cual comercializa su aceituna de mesa. “Una de las grandes necesidades del agricultor en general es la de llegar al final de la cadena alimentaria y cerrar así el ciclo, desde la producción hasta la comercialización”, indica el presidente de Oleand.
Frente a las amenazas comerciales, especialmente las procedentes del exterior, las cooperativas han visto la necesidad de evolucionar. Por ello, los responsables de estas empresas deben “tener altura de miras y permitir la migración vía agrupación de esfuerzos”, sostiene Antonio Candil. Una idea que comparte y defiende el director de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, para quien los procesos de integración y fusión “ayudan a las cooperativas a ser más eficaces en su gestión y, por tanto, en la de los recursos de los socios”.
AGRUPACIONES RECIENTES
Entre algunas de las fusiones más sonadas de los últimos dos años, están la de las cooperativas aceiteras jienenses de segundo grado Jaencoop y Olivar de Segura y la de la entidad San Juan de la Cruz con Nuestra Señora de la Paz, también dedicadas a la producción de aceite en el municipio jienense de Beas de Segura.
En la provincia de Sevilla, en 2020, tuvo lugar la integración de la aceitera Agrojara SCA, de Martín de la Jara, como socia y miembro de la cooperativa de segundo grado Oleoestepa. En el sector de la aceituna de mesa, Virgen de Loreto, de Umbrete, pasó a formar parte del grupo de segundo grado Manzanilla Olive en el mismo periodo.
En Almería, la cooperativa hortofrutícola San Isidro Labrador se incorporó en Unica Group. También en esta provincia se creó Natursur, tras la fusión de Parquenat y Casur, ambas de frutas y hortalizas. Por otro lado, la sección de caprino de la cooperativa almeriense Los Filabres se integró en el grupo malagueño Dcoop.
Las cooperativas son el modelo más justo que existe hoy por hoy. Y la unión de ellas es la única forma de poder competir en el mercado como empresas que son.
Pues a mí no me parece eso, M. José. La idea en principio está bien, pero luego se convierte en un pozo sin fondo de ayudas y subvenciones. Y estos privilegios hacen que creen competencia desleal en el mercado.
Además la gestión opaca y el choriceo de algunos, termina mal. Mira Arento, Acorex, etc etc
Las fórmula cooperativa es el cáncer de la agricultura en España.
La ‘fórmula’ está bien. El problema son los consejos rectores que están para llevarse la pasta y dejar a los miembros con el culo al aire
Qué asco