El agrícola es uno de los sectores que más se ha beneficiado de los avances tecnológicos. Desde hace 50 años la innovación está presente en la agricultura. Ahora llega el momento de apostar por la digitalización que se une al agro para formar un binomio estratégico para el siglo XXI: convertir los problemas en oportunidades y hacer frente a nuevas demandas, como la sostenibilidad.
La innovación tecnológica no es nueva en agricultura, se lleva aplicando más de 50 años en materia de mejora de semillas, riego o maquinaria. La digitalización en la toma de datos en las explotaciones y su análisis facilita hoy productos más rentables y competitivos, y también más sostenibles. En resumen: más opciones en el mercado.
Facilita al agricultor (gracias al análisis de macrodatos) la toma de decisiones para hacer productos más sostenibles, para un uso racional de inputs y recursos, que cumplen con las nuevas exigencias de los consumidores, más preocupados por el medio ambiente y la salud. Al tiempo que mejora y optimizar los resultados de la explotación.
Toca repensar la agricultura de la mano de la digitalización
Así lo ha apuntado Valentín Rivas, cofundador de Cropti, plataforma digital para la gestión de los cuadernos de campo, durante su participación en la mesa redonda sobre “Cómo la tecnología revoluciona la agroalimentación”, en una jornada bajo el lema ‘Repensar la agricultura’ (Rethinking agriculture) organizada por la Embajada de Holanda en España.
Los distintos ponentes han señalado como retos a corto plazo en este ámbito transmitir las ventajas competitivas de la tecnología en la agricultura, desarrollar un nuevo modelo basado en la economía circular y dar a conocer la sostenibilidad en las producciones vía innovación y digitalización, entre otros.
En la inauguración del acto, el embajador de Holanda en España, Matthijs van Bonzel, ha asegurado que la “agricultura está en el centro del desarrollo económico” y la tecnología permite al agro “innovar” su modelo de negocio y abrir nuevos mercados.
Rivas, por su parte, ha reconocido que “aunque existe un cierto miedo al cambio” el productor tiene más opciones en el mercado si aplica la digitalización, sobre todo porque hay consumidores cada vez más preocupados por la sostenibilidad de los alimentos y el “big data” (macrodatos) permite hacer más rentable la explotación y ofrecer productos de “calidad”.
La tecnología y la digitalización abre nuevos modelos de negocio en el agro
Calidad del producto, pero también en el método de producción, ha resaltado Rivas, ya que el consumidor prima en los lineales los que reducen el uso de fitosanitarios, fertilizantes o agua, por lo que cobra más importancia la tecnología para medir de forma matemática la huella hídrica o de carbono, etc.
Para llegar al agricultor es “muy importante, si aplicamos la tecnología, demostrar que si tenemos un control pormenorizado de lo que estamos haciendo y tenemos las herramientas para poder comparar datos entre campañas, entre cultivos… A la larga tenemos beneficios mayores”, ha añadido.
En el campo de la agroalimentación, la tecnología abre más oportunidades frente a un consumidor más preocupado por la salud, lo que se percibe en la cesta de la compra, con más alimentos funcionales. Aquí entran en juego nuevas terminologías como la nanotecnología. Y un buen ejemplo es Nanolabs, compañía especializada en nanotecnología, que ha conseguido aumentar hasta un 40% la producción de melón en una explotación de Almería.
“La nanotecnología” parece un término del futuro, de ciencia ficción, pero nada más lejos de la realidad, porque es el “presente, una tecnología disruptiva” en agroalimentacion que permite conservar y estabilizar activos como las vitaminas, proteínas, Omega3 o enzimas que se añaden a alimentos, ha resaltado el director comercial de la empresa de nanotecnología Bioinicia, Enrique Navarro.
Navarro ha explicado que se trata de sustancias muy sensibles y que hay todo un mercado en el exterior para ellas, por lo que, para facilitar el transporte y que llegue al destino con todas sus propiedades y en condiciones óptimas, se “encapsulan y se envían a las empresas agroalimentarias para que lo puedan incorporar a sus alimentos funcionales”.
La tecnología para dar respuesta a desechos agrícolas
En el campo de la producción ganadera, la innovación abre también nuevas vías de negocio, como el caso de Bioflytech, empresa de base tecnológica especializada en la cría artificial y producción intensiva de biomasa de insectos, “un nuevo sector productor de minigranjas de insectos”, ha detallado su directora general, Karen Alonso.
Según ha destacado, se trata de un nuevo enfoque necesario centrado en la economía circular, porque “no somos capaces de eliminar o transformar toda la basura que generamos”. Precisamente la “biomasa larvaria se alimenta de residuos del tomate (hojas, ramas…), del aceite…”, una forma de dar respuesta a los desechos agrícolas y darles un nuevo uso.
Además, los insectos son una “buena fuente de proteínas y su método de producción es más sostenible” que, por ejemplo, ciertas producciones de pescado a los que se les da otros pescados que, “algunos piensan, deberían ir directamente al plato de los consumidores” y no como pienso para peces.
Agricultura, tecnología, digitalización, economía circular, sostenibilidad… palabras que, combinadas, darán que hablar en los próximos años.
(Texto: Anabel Pascual / Efeagro)