EFE.- Esta enfermedad, que se ha detectado también en Almería, es transmitida por un vector, una especie de mosca blanca (Bemisia tabaci) muy frecuente en las plantaciones hortícolas y su origen puede estar relacionado con la introducción de material infectado.

   Las medidas profilácticas y preventivas intentan evitar la dispersión de esta nueva virosis mediante control químico y biológico y la eliminación de las plantas afectadas, así como el refuerzo de la protección en invernaderos y mallas.

    El director general de Industria Agroalimentaria y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, destacó que "esta nueva enfermedad presenta un abullonado de las hojas y el raquitismo de los brotes, que imposibilita el desarrollo normal de nuevas brotaciones, con la consiguiente pérdida de cosecha".

   Además, los frutos de las plantas afectadas presentan acanaladuras y acortamiento del tamaño, que los hace desechables para su comercialización.

   Según García Lidón, "la bonanza climática de este año ha propiciado que este insecto transmisor haya tenido un gran poder de multiplicación, lo que ha favorecido su rápida dispersión".

   La Consejería ha advertido a los agricultores con parcelas infestadas que éstas deben ser eliminadas inmediatamente, de forma adecuada, para evitar la salida de insectos y la contaminación de parcelas colindantes.

   Se aconseja además evitar el solapamiento de cultivos susceptibles y la realización de plantaciones de calabaza o melón de cara al invierno, pues supone el riesgo de continuidad de las poblaciones infestadas de mosca blanca.

   Por otra parte, se ha descartado la realización de tratamientos sistemáticos e indiscriminados, debido a su escasa eficacia y elevado riesgo medioambiental, dado que pueden ocasionar una elevada mortandad de insectos útiles que ayudan al control de esta plaga.

   El Servicio de Sanidad Vegetal de la Consejería ha transmitido a los agricultores la necesidad de tomar conciencia de la importancia del problema, pero sin caer en alarmismos infundados.

   Asimismo, aconseja la adopción de medidas de manera conjunta para intentar romper el ciclo biológico del vector y reducir así su capacidad infectiva.

   Agricultura ha tenido en cuenta para elaborar estas medidas preventivas su experiencia en las campañas de contención y erradicación de otras virosis hortícolas, como el virus del bronceado del tomate, que en la década de los noventa afectó de manera importante a la mayoría de los cultivos de la Región y que en la actualidad no supone ningún problema fitosanitario.

   El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida) y el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CebasS) están elaborando proyectos de investigación para conocer la forma de dispersión de esta enfermedad y las medidas más favorables de contención.

   Por su parte, las empresas de semillas trabajan para obtener variedades resistentes, aunque no esperan obtener resultados antes de cinco años.

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