Además, se han intervenido miles de boquillas para la elaboración de cigarrillos, papel para envolverlos, numerosos cartones con serigrafías de la marca "American Legend", cajas de empaquetado, herramientas y otros enseres necesarios para la cadena de elaboración ilegal del tabaco.
Trabajaban a nivel internacional e importaban el tabaco a granel
"La organización trabajaba a nivel internacional, importaba el tabaco a granel de otros países, lo colocaba en una cadena de montaje y, con la maquinaria de alta precisión, transformaban ese tabaco en el cigarrillo envasado y envuelto en sus cajas y cartones", ha explicado Reina como modus operandi de la banda.
Según ha indicado la portavoz de la Guardia Civil, la fábrica -situada en la localidad de El Castillo de las Guardas- tenía capacidad para estar activa las 24 horas del día, ya que estaba abastecida por dos potentes equipos electrógenos autónomos de última generación.
La finca en la que estaba instalada la fábrica, que está destinada a la explotación de ganado porcino y otras especies animales y a la que se accede por caminos de difícil tránsito, cuenta con distintos habitáculos para dar hospedaje a los trabajadores ilegales con el objetivo de mantener el nivel de producción exigido.
Para poder mantener el nivel de producción exigido, la organización tenía que conservar activo el proceso de fabricación durante el mayor tiempo posible, para lo que disponían de trabajadores ilegales que vivían en la misma finca,
Además, el recinto consta de módulos prefabricados pintados de manera mimetizada para dificultar su visualización desde cualquier punto del monte o incluso desde una aeronave, ha indicado Reina.
Tabaco incautado por un valor de seis millones de euros
Los miembros de la organización tenían su sede principal en la nave en la que se encuentra la fábrica y usaban otras en Sevilla dispuestas para el almacenaje y transporte de la materia prima y del tabaco elaborado hacia los canales clandestinos de distribución, donde se calcula que las treinta toneladas de tabaco podían haber alcanzado un precio de al menos seis millones de euros.
Algunos de los diez detenidos -dos de ellos de nacionalidad griega- cuentan con antecedentes por tráfico de droga y contrabando de tabaco, y ahora se les imputa este último delito junto a los de contrabando de tabaco, falsificación industrial y blanqueo de capitales, además de otros conexos como contra los derechos de los trabajadores y tenencia ilícita de armas.
La Guardia Civil ha señalado que están pendientes de determinar otros aspectos legales asociados al empleo irregular de estos trabajadores y no se descartan otras posibles responsabilidades contra la salud pública, ya que la cadena de elaboración de esta sustancia no guardaba "las más elementales normas" en este sector.