Tras estos ataques, constatados por los preceptivos informes de los agentes medioambientales de la Delegación de Agricultura se han cuantificado en un total de 104 las ovejas muertas y desaparecidas.

    Otro cabrero de Santa María del Espino también sufrió ataques en febrero -doce cabras muertas y otras tantas heridas- y hace varios meses los cazadores de varias localidades del Alto Tajo, como Saelices de la Sal o Sotodosos, alertaron tras avistar a varios lobos durante la celebración de algunas monterías.

    Los ganaderos de la zona denuncian en el comunicado la "pasividad" de la Administración y exigen una solución "inmediata" al problema.

    Del mismo modo, aclaran que las subvenciones de la Junta y la Diputación no son "indemnizaciones por responsabilidad patrimonial de la Administración" y no compensan el daño sufrido por los ataques.

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