Valero Casasnovas, agricultor y socio de Asaja Huesca, explica que “a lo largo de este mes y el pasado venimos observando cómo parcelas de alfalfa se iban cubriendo con montones de tierra e iban apareciendo cada día nuevas toperas. Si esto sigue así se puede ver seriamente afectada la rentabilidad de algunas de estas parcelas”.

     El problema se puede ver agravado si los roedores atacan también a la instalación de riego. Según Casasnovas “el automatismo del riego por aspersión funciona gracias a unos pequeños tubos de plástico a través de los cuales circula el agua que manda abrir y cerrar las válvulas de los sectores de riego. Si los topillos se ceban a roer estos microtubos nos pueden ocasionar graves y costosas averías, además de retrasos a la hora de comenzar a regar”.

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