Estas asociaciones resaltan que "se desconoce el carácter geológico de la cerrada y el volumen deslizado es enorme (estimado en más de 5 hm3 de tierra). Tanto las condiciones meteorológicas, como la explotación de la presa o las propias obras, pueden reactivar el deslizamiento. Pese a no saber el momento en el que esto ocurrirá, si mañana o dentro de 50 años, es una grave temeridad arriesgarse a lo que pueda ocurrir si se reactiva".

Piden la dimisión del presidente de la CHE

    Asimismo, critican que el hecho de que el presidente de la CHE, Xabier de Pedro, se haya negado a declarar ante los Parlamentos de Aragón y Navarra "es una muestra más de que la CHE no quiere dar la cara ante los representantes elegidos por los ciudadanos, siguiendo con el ocultismo. Sólo responden bajo presión entregando información a medida de sus intereses, cocinada y masticada".

    De igual forma, hacen hincapié en que la situación, provocada principalmente por sus obras, en febrero "fue tan crítica como para subir dos niveles el estado de emergencia (de nivel inexistente, que es el normal en cualquier presa fuera de peligro, a “nivel 0”, que ya entraña riesgo, y a “nivel 1”) basándose en el plan de emergencia de la presa del que acabamos de conocer su existencia".

   Por todo ello, piden que el Presidente de la CHE y la dirección de obra "deben ser apartados de sus cargos. Llevan 12 años de obras sin haber avanzado prácticamente nada, aumentando escandalosamente un 320% el presupuesto inicial y han dejado prácticamente inútil la presa actual, poniendo en riesgo la vida de las personas aguas abajo".

   Con respecto a la comparecencia del Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, en el Congreso de los Diputados el miércoles 19 de junio al referirse a lo ocurrido en la ladera derecha como “pequeño deslizamiento", aseguran que "miente e intenta confundir, actitud que dista mucho de la responsabilidad con la que una persona de su cargo debería actuar. Pretender seguir invirtiendo dinero público en las obras de recrecimiento es malgastar nuestro dinero en una obra sin final, pues cada vez que tocan algo, se viene abajo".

   Por todo ello, estos colectivos cree que la única solución cabal al problema de la presa de Yesa pasa por la paralización de las obras de recrecimiento; el desembalse cautelar hasta una cota segura; un estudio en profundidad de la composición geológica de la cerrada de Yesa; constituir una mesa multidisciplinar de expertos independientes que analicen todos los datos existentes sobre el entrono de la presa con el objetivo de buscar una solución para la presa actual; y la puesta en marcha de las alternativas al recrecimiento,

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