Los productores de vino de la Unión de Uniones consideran que esas importaciones" pueden obedecer al intento de algunos grupos industriales potentes que compraron vino referenciado a precios de mercado interior y que ahora pudieran estar interesados en hundir el mercado español. Los importadores podrían ser grupos muy beneficiados en el reparto de fondos europeos, provenientes del dinero público de todos los contribuyentes comunitarios, con objeto de promocionar el vino europeo en los países terceros".

   Para esta organización, resulta "curioso" que la procedencia sea Brasil por cuanto es un país importador y no exportador de vino" por lo que no sería extraño que proceda de triangulaciones para beneficiarse de aranceles más baratos o para lograr mejores condiciones de contingentes. Lo más probable es que venga de Argentina o Chile pero se pase como brasileño para conseguir lo anterior", señala la nota de Unión de Uniones.

   A su juicio "resultaría muy curioso que al final el vino acabara en alguna denominación de origen con clara preminencia de alguno de los grandes grupos industriales o fuera reexportado como vino europeo a otros países con ayudas públicas".

   La Unión de Uniones de Agricultores señala que se deben cumplir las garantías sanitarias por las cuales determinados barcos no pueden transportar productos alimenticios a no ser que reúnan una serie de estrictos requisitos tanto en la carga actual como en las anteriores, condiciones que deberán confirmarse por parte de las autoridades portuarias y por parte del Gobierno español. Habida cuenta de los graves precedentes existentes en nuestro país de intoxicación alimentaria, como fue el caso del aceite de colza. También se han de contemplar las garantías de calidad para los consumidores y que no les den “gato por liebre”.

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