La Alianza UPA-COAG ha denunciado el presunto fraude que se puede estar cometiendo actualmente en varias cadenas de supermercados en el conjunto del país por parte de las cadenas Lidl y Día al vender patata de conservación como si fuera patata nueva española, y además utilizar presuntamente nombres de variedades de patata que no se corresponden con la realidad.
La organización ha detectado esta situación «que vuelve a poner de manifiesto lo que llevamos denunciando desde hace tiempo y es la impunidad con la que actúan diferentes empresas de distribución por supuesta venta a pérdidas con productos agrarios o con fraudes al consumidor por publicidad engañosa».
En este caso, vuelve a ser la patata el producto reclamo, que utilizan marcas que ya han sido denunciadas públicamente en anteriores ocasiones por nuestra organización al realizar prácticas que son ilegales, cometiendo con ello un presunto fraude a través de sus paneles informativos y por lo tanto en el lineal, con lo que está incumpliendo las prácticas de mercado y la legislación que al respecto existe. Repiten una y otra vez prácticas de este tipo porque les resulta muy barato saltarse la norma al respecto.
Ante este flagrante engaño al consumidor ofreciendo patata nueva anunciada como española, la Alianza UPA-COAG exige a la Dirección General de Consumo de la Junta de Castilla y León, así como a la AICA y al Ministerio de Consumo que actúe de forma inmediata y lleve a cabo las acciones pertinentes para abrir expediente y sancionar contundentemente a las citadas cadenas porque, de lo contrario, la organización agraria entendería que tanto el Gobierno central como el Gobierno regional, haciendo dejación de funciones, ampara a la distribución en contra de los intereses de los agricultores y consumidores de Castilla y León.
Mientras esta situación de presunto fraude con la patata de conservación se produce una vez más en la región, «los cultivadores de patata de Castilla y León viven una situación delicada por precios que en muchos casos son sensiblemente inferiores a los costes de producción, y que en determinadas campañas han tenido que dejarlas en las tierras por no tener precio».
La Alianza UPA-COAG recuerda que es habitual que cada año en nuestro país la patata vieja francesa inunde el mercado español, y que una parte del sector de la distribución la comercializa como “patata nueva” y en determinadas fechas como “patata lavada” confundiendo a los consumidores en los lineales de una manera “impúdica”. En realidad, se trata de patatas más económicas pero también con una peor calidad nutricional y organoléptica, llevando a la confusión de los consumidores españoles.