En pleno verano, cuando las altas temperaturas y el riesgo extremo de incendios forestales están a la orden del día, es fundamental que los propietarios de fincas y explotaciones agrícolas y ganaderas tomen medidas para proteger sus bienes y derechos. Una de las formas más efectivas de hacerlo es con la contratación de Guardas Rurales, profesionales cualificados y acreditados que pueden proporcionar seguridad y vigilancia en nuestros campos. Muchos ayuntamientos rurales lo están haciendo en nuestro país.
Como definde este colectivo, la seguridad no es solo un valor jurídico, normativo o político; es igualmente un valor social. Es uno de los pilares primordiales de la sociedad, se encuentra en la base de la libertad y la igualdad y contribuye al desarrollo pleno de los individuos.
Entidades como ASAJA, COAG y UPA, ayuntamientos rurales, cooperativas agrícolas y ganaderas y todo el mundo rural reclaman seguridad, protección y vigilancia en nuestras zonas rurales. Los robos agrícolas y ganaderos, así como los incendios forestales, son problemas graves que pueden tener consecuencias devastadoras para los propietarios y la comunidad en general.
UNA CONTRATACIÓN FÁCIL, ECONÓMICA Y ACREDITADA Y CON VERIFICACIÓN
La contratación de Guardas Rurales es un proceso sencillo y económico. Los plazos para contratar a un Guarda Rural son de tres días naturales antes de iniciar el servicio, excepto en casos de urgencia. Además, los Guardas Rurales pueden desarrollar sus funciones sin necesidad de constituir o estar integrados en empresas de seguridad, lo que les permite prestar sus servicios directamente a los titulares de bienes y derechos que les puedan contratar.
Es fundamental evitar el intrusismo laboral contratando a profesionales cualificados y acreditados. Los Guardas Rurales deben estar registrados en el Registro de Empresas de Seguridad y poseer la Tarjeta de Identificación Profesional (TIP) correspondiente, emitida por el Ministerio del Interior después de superar las pruebas de selección.
Los guardas rurales podrán desarrollar sus funciones sin necesidad de constituir o estar integrados en empresas de seguridad, prestando sus servicios directamente a los titulares de bienes y derechos que les puedan contratar, conforme a lo que se establezca reglamentariamente, cuando se trate de servicios de vigilancia y protección de explotaciones agrícolas, fincas de caza, en cuanto a los distintos aspectos del régimen cinegético, y zonas marítimas protegidas con fines pesqueros.
La contratación de Guardas Rurales es una medida efectiva para prevenir robos, incendios y otros delitos en nuestras zonas rurales. Es importante que los propietarios de fincas y explotaciones agrícolas y ganaderas consideren la contratación de Guardas Rurales para proteger sus bienes y derechos. No existen ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, y todos merecemos seguridad y protección en nuestros campos.
