En plena negociación de la Política Agrícola Común (PAC) que regirá el campo de 2023 a 2027, el comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, ha salido indirectamente en defensa del ministro Luis Planas, al señalar que España debe acabar con los derechos históricos en los pagos de la PAC, mejorar la efectividad del reparto de las ayudas directas y avanzar en el proceso de la convergencia interna.

Asimismo, el comisario europeo de Agricultura explica en una entrevista que es partidario de excluir de las ayudas a las explotaciones que no respeten los derechos laborales de los temporeros, aue recnoce que aún no se sabe cómo articular esta medida. La propuesta es uno de los puntos más delicados en las negociaciones de la PAC, que Portugal, presidencia del Consejo de la UE, quiere cerrar de aquí a finales de junio.

LOS ECOESQUEMAS DE LA FUTURA PAC

«Las negociaciones están avanzando bien», dice el comisario, quien confía en un pacto sobre la reforma en los próximos meses entre el Consejo (países de la UE) y el Parlamento Europeo.

Hay, según Wojciechowski, «algunas cuestiones controvertidas», incluida la idea de la condicionalidad social, es decir, que la recepción de ayudas de la PAC quede sujeta al respeto de los derechos laborales.

«Yo como representante de la Comisión Europea he declarado nuestro apoyo a la idea», explica.

Ha habido «muchas informaciones de abusos en toda la UE, en muchos Estados miembros», por lo que es «muy importante poder excluir a esos beneficiarios de los fondos de la PAC que no respetan los derechos sociales», añade.

«Estoy a favor de esta solución. Ahora la cuestión es cómo hacer o lograrlo, en qué lugar debería ser incluido», precisa el comisario europeo de Agricultura.

Otro asunto políticamente sensible es el porcentaje de los pagos directos que irá a los «ecoesquemas», un instrumento para incentivar las prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles. Mientras el Consejo pide que sea un 20%, el Parlamento es partidario del 30%.

Las diferencias entre las instituciones sobre ese y otros puntos pendientes de resolver «no son muy grandes», por lo que «el compromiso es posible».

PLAN ESTRATÉGICO ESPAÑOL

El comisario europeo de Agricultura recuerda que Bruselas ha enviado a todos los países unas recomendaciones con vistas a la preparación de sus planes estratégicos para aplicar la PAC.

España deberá trabajar especialmente en un indicador que «no es positivo»: el uso de antibióticos en el ganado, sobre todo en la producción intensiva, dice el titular europeo.

También tiene que avanzar hacia la convergencia en el pago básico a los agricultores.

«España debe mejorar la efectividad del reparto de las ayudas directas y avanzar en el proceso de la convergencia interna y distribución de las ayudas, eliminando el vínculo con las referencias históricas«, dice el comisario.

En ese contexto, valora la decisión de las autoridades nacionales de avanzar en ese ámbito durante el periodo transitorio, sin esperar a la entrada en vigor de la futura PAC.

Hay otros ámbitos en los que el país está en una situación buena, como las emisiones de efecto invernadero procedentes del ganado, «que se sitúan en menos de 2 toneladas por hectárea, una de las más bajas de la UE», señala el comisario. Tampoco es «alto» el uso en España de pesticidas y fertilizantes, indica.

DE LA GRANJA A LA MESA

Pese a la desconfianza de algunos productores hacia los objetivos de la estrategia europea «De la Granja a la Mesa» (entre los que figura que para 2030 el 25% de la superficie agraria de la UE sea ecológica, que el uso de fertilizantes se reduzca «al menos en un 20 %» y el de fitosanitarios en un 50 %) el comisario defiende que «es una oportunidad para los agricultores, sobre todo, para los pequeños y medianos».

Señala que la UE perdió entre 2005 y 2015 casi 4 millones de explotaciones, pasando de 14 a 10 millones .

«Necesitamos detener ese proceso y proteger a los agricultores y ganaderos, dar a los medianos y pequeños la posibilidad de participar en la competencia no a través de la cantidad sino de la calidad de los alimentos», dice.

También se quiere reducir el impacto del transporte de productos agroalimentarios, ya que cada año más de 3 billones de alimentos se mueven de un punto a otro en Europa y la distancia media recorrida supera los 170 kilómetros.

Eso se quiere corregir «apoyando las cadenas de distribución cortas y las producciones locales», aunque «no sirve para todos (…) en España, algunos sectores, como el de la fruta, necesitan trasportar sus productos para los consumidores de toda Europa», añade.

El comisario europeo de Agricultura entiende la inquietud que genera al sector el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) firmado en 2019 y aún pendiente de ser ratificado.

«Si se ratifica (…) habrá que vigilar la situación, porque hay sectores sensibles, como el de producción de vacuno, el de la carne de ave o el azúcar, que podrían sufrir consecuencias negativas», señala.

En ese caso, Bruselas estudiaría «las herramientas de apoyo necesarias».

MERCOSUR, ARANCELES DE EE.UU. y BREXIT

Los productores españoles son «quizá los más afectados» por los aranceles de Estados Unidos, que gravan las importaciones de productos europeos como el aceite de oliva, la aceituna de mesa o el vino, dice el titular europeo.

«La Comisión está hablando con la nueva administración Biden. Nos centraremos en desescalar las tensiones y eliminar todas las tarifas. Una moratoria podría ser una posibilidad si ambas partes están de acuerdo», añade.

Habrá que esperar a la confirmación de los nuevos representantes comerciales de EE.UU. para conocer su posición, dice el comisario, que subraya que el «clima político es mejor» y que confía en «una solución».

Un caso particular es el del sector del vino, que no solo sufre el problema de los aranceles, sino también el impacto de la pandemia de Covid.

«Estamos usando todas las herramientas posibles para mejorar su situación», dice Wojciechowski.

El comisario explica que tras el acuerdo con el Reino Unido, este país se ha convertido en «el mayor mercado» para los exportadores europeos de productos agroalimentarios.

«Hay algunos problemas ligados a los controles de las fronteras, pero en general no hay señales de que nuestras exportaciones se verán reducidas significativamente. Pensamos que mantendremos nuestra posición en este mercado», dice Wojciechowski.

(TExto: Marta Borrás / Efeagro)

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