Por muy festivo o vacacional que resultara y aunque las altas temperaturas animaran a cumplir con otros menesteres más refrescantes, tenemos una obligación: acudir unidos a la protesta que se celebrará a las 12.00 horas en el Auditorio de Monforte del Cid y, mediante el uso del revolver de nuestra voz, mostrar la oposición más absoluta, el rechazo más rotundo y, en pocas palabras, la negativa por respuesta, a que supriman de un plumazo 18.000 hectáreas de regadío, atropello contemplado en la actual redacción del Plan de Cuenca del Júcar, que ha sido elevado al Consejo del Agua para su aprobación, asunto que, sinceramente, desde ASAJA Alicante (desconozco la opinión de otras organizaciones que aún no se han atrevido o no han querido esgrimir una opinión, sólo han solicitado información, aunque aprovecho estas líneas para animarles a unirse a nuestra lucha por el agua) esperamos que no llegue a producirse en la vida.
Conocemos la espada de Damocles que se cierne sobre nuestro territorio si limitan aún más ese codiciado liquido de oro blanco que es el agua. El Medio Vinalopó sufrirá con mayor ahínco las terribles consecuencias. De las 19.000 Has de regadío que disponen en cultivo, pasarían de la noche a la mañana a contar con menos de la mitad. En concreto: 9.000. Esta nefasta, peligrosa y, por tanto, temida situación, condenaría al destierro del campo a miles de familias de Novelda, Aspe, La Romana, Hondón de las Nieves, Agost, Monóvar, Hondón de los Frailes, Monforte del Cid y Elche. ¿Qué posibilidades de empleo encontrarían? Como bien sabemos los ciudadanos a los que nos ha tocado padecer la actual situación económica, prácticamente ninguna.
Encontrar un trabajo se ha convertido en una hazaña más imposible que improbable y más si se trata de productores que, en la mayoría de los casos, superan los 40 años y se han dedicado en exclusiva a la noble y honrada tarea de producir alimentos. ¡Con la supresión del regadío, les están robando el pan con el que alimentarse!
Como ya nos vienen acostumbrando, nos vemos abocados a una nefasta situación de paro y pobreza sin ser culpables ni causantes. ¡Qué injusticia! ¿Verdad? Sin comerlo ni beberlo, son las ideas de unos cuantos ‘lumbreras’ las que abocan a situaciones tan perniciosas como la que estamos soportando por la ingeniosa triquiñuela de la Confederación Hidrográfica del Júcar de no saber contar las hectáreas de cultivo que hay en nuestra provincia.
Lo cierto es que para contar toda la verdad y nada más verdad, debo comunicaros que esta ‘panda de iluminados’, temerarios e incompetentes no sólo juega a no conocer la realidad, sino que ni siquiera se ha dignado a escucharnos para enmendar sus errores. Les pedimos que revisaran la superficie de regadío existente realmente y las demandas y dotaciones necesarias, pero nada de esto ha sucedido. ¿Por qué? Sólo se nos ocurren dos supuestos. El primero, que quieran ahorrar agua, condenado y acabando con la agricultura. ¡Valiente tontería! Este hecho lo único que provocaría es la ruina absoluta.
Lo único que necesitamos es justo lo contrario: reforzar y fortalecer el tejido productivo que nos queda. ¿Cómo si no puede reducirse la desastrosa cifra del paro?
El segundo supuesto es que pretendan esconder el rotundo fracaso protagonizado en la gestión del trasvase Júcar-Vinalopó, la obra hídrica más polémica de nuestros tiempos sin lugar a dudas. No sé si me puede más el dolor o la indignación en el recuerdo de la lucha que hemos protagonizado para conseguir cesiones del caudal sobrante del río que nace en los Montes Universales.
Como no podía ser de otra manera, tengo que dirigir unas palabras a la ministra Narbona. Nunca olvidaré ese 15 de octubre de 2005, cuando confirmó que cambiaba el trazado sin consulta alguna, de manera unilateral y pese a que la obra ya estaba ejecutada en un 41% y que su decisión suponía un sobrecoste de 100 millones de euros. ¿Verdad que ese dinero nos vendría bien ahora? Entonces, nos engañaron.
¿Recuerdan el lema del Plan Agua: Más agua, más barata y más rápido? ¡Es para mondarse de la risa o echarse a llorar! El coste del metro cúbico ronda los 60 ctm, cuando el agricultor no puede pagar más de 20 ctm. La ejecución de la obra ha sufrido constantes retrasos y, encima, nos amenazan con suprimir 18.0000 Has de regadío. Para impedirlo y conseguir una planificación hídrica coherente, urge que el sábado acudas a la protesta de Monforte. Es una cuestión de responsabilidad ¡No puedes faltar!