A falta de que se publiquen las medidas extraordinarias por la declaración de Zona Afectada Gravemente por una Emergencia de Protección Civil, la conocida como zona catastrófica, ASAJA Castilla-La Mancha ha solicitado un plan de recuperación del olivar y la ganadería, los dos sectores más afectados por el temporal de nieve y frío en la región.
Así lo han acordado los técnicos de ASAJA Castilla-La Mancha que se han reunido este lunes 25 para hacer una primera valoración regional de los daños ocasionados en el campo por el temporal.
Aunque es imposible hablar de momento de cantidades económicas, las pérdidas en la agricultura y la ganadería de la región serán millonarias. Los técnicos coinciden en señalar el olivar y la ganadería como los sectores más afectados por la borrasca.
La campaña de aceituna aún está sin terminar. En las provincias más meridionales falta un 20% de recoger y, en el norte, en la provincia de Toledo, solo se ha cosechado la mitad. Sin embargo, al margen de los daños ocasionados por Filomena en la producción, preocupa la afección que puedan causar las temperaturas soportadas en los árboles, pues puede repercutir en la producción de hasta cuatro o cinco próximas campañas.
En ganadería también es muy difícil cuantificar el daño real de momento. Además de los animales muertos, los múltiples destrozos en naves e infraestructuras y los sobrecostes en la alimentación, hay que sumar que las ovejas se encuentran en época paridera, y muchas han sufrido interrupción precoz de la lactancia y de la gestación, con las posibles infecciones que ello puede conllevar.
Otros cultivos que también tendrán consecuencias serán los frutos secos, especialmente las plantaciones jóvenes, y los viñedos, que se encuentran en descanso vegetativo. Aunque estos últimos aguantan bien las heladas, en algunas zonas las temperaturas llegaron a alcanzar hasta los 24 grados bajo cero, por lo que se podrá notar algunas consecuencias en el desarrollo de las yemas. A ello hay que añadir el daño que los conejos ha provocado en las vides, pues al subir el nivel con la acumulación de nieve, las especies han alcanzado a morder por encima de los protectores instalados.
Por último, la borrasca también puede haber afectado en algunas zonas a otros cultivos como el cereal, las leguminosas y proteaginosas, así como algunos cultivos hortícolas, especialmente el ajo blanco, pues muchos agricultores se temen que no evolucionen las semillas recién plantadas.
OTRAS MEDIDAS LABORALES Y BENEFICIOS FISCALES
ASAJA Castilla-La Mancha ha solicitado a todos los ayuntamientos de los municipios afectados por el temporal que exima a los agricultores y ganaderos del pago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), como una de las medidas más efectivas para minimizar el impacto de las pérdidas que ha sufrido el sector productor y dentro del plan de recuperación del olivar y la ganadería.
Por ello, ha dirigido un escrito a la Federación de Municipios y Provincias de Castilla-La Mancha para que realice las gestiones a su alcance y esa exención sea una realidad, conforme a la posibilidad que la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, deja abierta a los organismos de recaudación, en sus respectivos ámbitos competenciales.
En esta línea, la organización agraria también ha pedido préstamos flexibles y la condonación de las cuotas de la Seguridad Social, medidas que complementariamente, pueden ayudar a paliar las consecuencias del temporal.
AYUDAS QUE NO ESTÉN SOLO DENTRO DE LOS SEGUROS AGRARIOS
Finalmente, ASAJA Castilla-La Mancha ha exigido para el plan de recuperación del olivar y la ganadería se cuente con un presupuesto definido para la recuperación de la agricultura y la ganadería de la región y no ocurra como en otras ocasiones, en las que únicamente se ha contado con las compensaciones que ofrecen los seguros agrarios.
La organización agraria ha recordado que el actual sistema de seguros agrarios tiene muchas deficiencias y, aunque se trate de una herramienta útil, todavía tienen muchas carencias que deben corregirse, como su elevado coste, la imposibilidad de ampliar las coberturas en su totalidad o las cifras de los rendimientos de las producciones asegurables, que influyen negativamente a la hora de calcular las indemnizaciones.