El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publica este martes 6 la orden por la que se establecen las bases reguladoras de la concesión de las Ayudas para la Compra de Ganado Bovino, Ovino y Caprino que tenga por objeto la reposición de animales como consecuencia de su sacrificio en aplicación de programas sanitarios oficiales de enfermedades de los rumiantes. Esta orden tiene como finalidad auxiliar la compra de animales que van a reponer una explotación que ha sido sometida a vaciado sanitario, es decir, que se ha visto obligada a sacrificar sus animales.
La dotación presupuestaria que se va a destinar a esta ayuda es de 200.000 euros, un importe que se ha calculado en función de los animales sacrificados durante el año 2016 para que todos los ganaderos afectados puedan ser atendidos.
La orden de la Consejería de Agricultura y Ganadería recoge la reposición de animales sacrificados en vaciados sanitarios en enfermedades objeto de campaña de saneamiento, como es el caso de la brucelosis bovina/ovina/caprina, la tuberculosis bovina, las encefalopatías espongiformes transmisibles y la lengua azul, e incluye también otras enfermedades entre las que destaca la tuberculosis caprina.
Con esta ayuda se destina una partida económica para reponer las ganaderías afectadas y «se pretende dar un impulso al sostenimiento de la ganadería en Castilla y León, ayudando al mantenimiento de aquellas explotaciones que han tenido problemas sanitarios», según señala en un comunicado.
Mejora en sanidad animal
En este sentido, desde la Junta se destaca que en Castilla y León, los avances favorables en la lucha frente a estas enfermedades se han sustentado en la profesionalidad, seriedad y rigurosidad tanto del sector ganadero como de la Administración autonómica. Por todo ello, el estatus sanitario alcanzado por las explotaciones ganaderas de la Comunidad les permite acceder con ventaja a los mercados de animales vivos y sus productos.
El año pasado este esfuerzo se ha consolidado y se han obtenido los mejores resultados sanitarios de la última década. Así, en el caso de la brucelosis bovina, en 2016 no se obtuvo ninguna explotación positiva y la Unión Europea declaró las provincias de Burgos, Soria y Valladolid como oficialmente libres.
Respecto a la tuberculosis bovina, el avance es paulatino y constante. La prevalencia, número de explotaciones positivas sobre el total de explotaciones saneadas, se cifró en 2016 en el 1,87%. En solo tres años, la prevalencia se ha reducido en el 35%. Estos datos suponen una consolidación del estatus sanitario autonómico, lo cual mejora la situación de los ganaderos de bovino castellanos y leoneses frente a los de otras comunidades.