Sin embargo, se indica, obtener las cosechas de esta forma implica un importante consumo de recursos hídricos, así como un mayor desgaste de los suelos y un aumento de la contaminación.
Por este motivo, el Grupo de Investigación Gestión, Conservación y Recuperación de Suelos, Agua y Sedimentos (Gorsas) de la UEX ha estudiado las posibilidades que brindan otras técnicas alternativas al cultivo tradicional del arroz.
Concretamente, han observado las ventajas que conlleva sustituir este sistema, que anega el terreno, por una agricultura basada en la siembra directa y el riego por aspersión.
Años de trabajo y observaciones en la Finca Casas de Hitos, ubicada en Madrigalejo (Cáceres), han permitido extraer diversas conclusiones, como por ejemplo los ahorros de hasta unos 20.000 metros cúbicos por hectárea y año, una reducción de agua del 75 por ciento.
Además, la técnica mejora las propiedades del suelo y lo hace más productivo: "inundar los terrenos conlleva además una gran problemática medioambiental, pues es difícil recuperarlos para otros usos al estar muy degradados", señala Antonio López Piñeiro.
Habrá que esperar un tiempo para ver resultados pero permite introducir rotaciones de cultivos
Sin embargo, con esta nueva técnica se podrían introducir rotaciones de diferentes cultivos, como el maíz, en función de lo que demande el mercado, y disminuir la movilidad de los herbicidas utilizados frecuentemente en el cultivo del arroz.
"Es cierto que los resultados de la transformación de unos hábitos agrícolas por otros no se verían de manera inmediata; sería preciso dejar pasar un intervalo de 2 a 3 años para recuperar ese suelo, pero pasado este periodo, la productividad sería similar", precisa López Piñeiro.
Transcurrido ese tiempo, esta técnica se perfila como una alternativa "eficaz" para mantener unos niveles de ingresos/costes que garanticen la "rentabilidad" y "sostenibilidad" del sistema.
Los resultados forman parte de un proyecto de investigación del Plan Nacional de Investigación.