EFE.- "El trabajo de los hombres es el que resuelve el problema de la caña en Cuba", señaló el ministro durante un encuentro con productores de caña en la provincia oriental de Camagüey, reportado por la Agencia de Información Nacional (AIN).
García dijo que el Estado cubano "invierte para brindar los recursos imprescindibles a los agricultores", pese a las dificultades financieras que atraviesa la economía del país por los efectos de la crisis económica mundial.
Indicó que "desde el pasado año se hace este esfuerzo", pero señaló que "hasta ahora la respuesta no es la esperada en los rendimientos" y se requiere de "un salto importante".
Entre las medidas para incentivar la producción de caña, el ministro citó la de elevar a 104 pesos (4.25 dólares) el precio de compra de la tonelada y renegociar las deudas de los cultivadores "de forma tal que parten de cero, sin deberle nada a nadie gracias al favor estatal".
"Estas medidas, entre otras más, muestran el interés por reanimar y elevar a corto plazo los resultados en el cultivo", agregó.
Dentro del plan de reformas económicas impulsado por el presidente Raúl Castro, se señala como objetivos prioritarios de esta industria el incremento sostenido de la producción de caña, el perfeccionamiento de la relación entre el central azucarero y los productores cañeros y la diversificación.
Considerada en otros tiempos como la locomotora económica del país, la industria azucarera de Cuba registró el año pasado la peor zafra en 105 años, con una producción de 1,1 millones de toneladas, y se declaró en crisis.
Actualmente, el sector busca modernizarse con nuevas tecnologías, sistemas para una gestión eficiente e incluso inversiones extranjeras mediante la creación de empresas mixtas.
De acuerdo con directivos del Ministerio del Azúcar, existe la intención de impulsar un modelo de central azucarera de nuevo tipo basado en la eficiencia económica y productiva, sistemas integrales de gestión y control, el uso de nuevas tecnologías y la aplicación de "agricultura de precisión".
Entre 2002 y 2004, Cuba reestructuró el sector azucarero con la reducción de sus centrales de 156 a 61, la eliminación de más de 100.000 plazas de trabajo y la disminución de la superficie de cultivo de 2 millones de hectáreas a unas 750.000, de acuerdo con datos oficiales.