De nuevo, un año más, como ocurriera en 2015 y 2018, hay que lamentar daños agrícolas y materiales millonarios en numerosos puntos del Ebro por la crecida y desbordamiento del río tras fuertes episodios de lluvias en el norte de España. Así, está por ver los daños que puede ocasionar su desbordamiento, ahora en la Ribera Baja, tras pasar por Zaragoza, donde el agua alcanzó a cubrir 3.250 hectáreas de huerta en el término municipal, tras haber anegado más de 30.000 hectáreas desde que comenzó esta devastadora riada, el pasado viernes, principalmente en la ribera navarra y la ciudad de Tudela. Una situación de la que responsabilizan al no haber valorado la importancia de dragar y mantener los ríos.

«En opinión de ASAJA Alicante, esta situación pone de relieve, una vez más, la dejadez absoluta del Gobierno español en lo que se refiere a la gestión y planificación hidrológica de los cauces españoles y la insuficiente y deplorable inversión en infraestructuras hidráulicas que aminoren o eviten este tipo de desastres y, a su vez, redistribuyan de forma correcta y solidaria los recursos hídricos disponibles en nuestros ríos, de tal forma que una parte de ellos, que van a  ir a parar al mar o a causar desastres en campos y ciudades, puedan utilizarse en el sureste para paliar el déficit hídrico estructural al que continuamente estamos sometidos y condiciona nuestro desarrollo agrícola y económico», afirma el presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu.

En este sentido, ASAJA Alicante insiste en la importancia de dragar y mantener los ríos y quiere recordar a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y denunciar, como ya hiciera en el mes de septiembre, cuando se cumplieron dos años de la fatídica DANA de 2019 que asoló la comarca de la Vega Baja, en la que hubo que lamentar seis pérdidas humanas, desaparecidos e incalculables daños materiales y agrícolas, la importancia y necesidad de tomar medidas urgentes, por seguridad ciudadana, ante la situación de dejadez y el abandono absoluto del río Segura en su desembocadura en Guardamar, donde el carrizo, las cañas y el lodo taponan por completo la última parte del río, que supone la salida de emergencia natural de las aguas de la Vega Baja y donde desaguan 6 azarbes.

«CHS no ha llevado a cabo ni una sola actuación en el último tramo en su desembocadura, donde las cañas, la broza y el lodo taponan por completo la salida de emergencia del río. ASAJA alerta de que, como está pasando ahora con el Ebro, que se ve de nuevo en esta situación por falta de gestión y mantenimiento, si aquí se volviese a producir otro episodio de lluvias torrenciales, la desembocadura del Segura volvería a actuar de tapón, impidiendo el desagüe de las aguas de toda la comarca al mar y causando otro desastre de pérdidas millonarias y no sabemos si humanas», denuncia Andreu.

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