EFE.- Corral, madrileño de 33 años, trabaja desde hace casi tres años como cortador, sumiller y camarero en un hotel de cinco estrellas Gran Lujo de Madrid, empleo con el que se ha costeado la última fase de sus estudios musicales.

Sueña con llegar a tocar en la Orquesta Nacional de España y tener su propio cuarteto, pero entretanto sale adelante cortando jamón, catando vinos y poniendo copas hasta las tantas de la madrugada.

Así lo ha manifestado en un entrevista con Efe, en la que desvela su técnica para cortar jamón: "El secreto está en acariciarlo como si fuera un baile a dos. Que el cuchillo baile a lo que dictamine el jamón, y para eso no puede haber tropiezos ni interrupciones que dejen los escalones que se ven muchas veces".

Para evitar los escalones, añade, utiliza el cuchillo jamonero "aplicando un golpe de arco de violín llamado ‘legato’, para acariciar el jamón y arrastrar sus sabores a la vez que se van filtrando".

Considera que el corte perfecto "se asemeja mucho" al ‘legato’. "El cuchillo no puede estar recto, sino inclinado. Debe deslizarse por donde te lo pida el jamón, por eso es un baile", argumenta.

Igor Corral recuerda que fueron sus jefes del hotel Urban los que le animaron a ir al concurso, el primero al que se ha presentado.

Aunque se confiesa autodidacta en la técnica del corte, reconoce que le han venido muy bien los consejos del maestro cortador Pedro Soto, y cita también a Florencio Sanchidrián como uno de los mejores en este campo.

Llegó al oficio por su afición al mundo del vino, del que escribe para una revista digital especializada.

Los estudios de música clásica y violín los comenzó "algo tarde", pero con "deseo, devoción y disciplina" consiguió adelantar cursos, acabar el grado medio en Madrid y licenciarse en Oviedo.

Su carrera musical acabó siendo un "calvario". Problemas burocráticos por el cambio de planes de estudios casi le empujan a tirar la toalla, pero gracias a su padre -que una semana antes de fallecer de cáncer le hizo prometer que iba a luchar por ello-, y a Gloria Rojo, del Ministerio de Educación, que resolvió el entuerto, consiguió que le reconocieran el título.

En los últimos tres años ha completado sus estudios en el Royal College of Music de Londres y en el Conservatorio de Bruselas.

Corral, además de a su padre y a Gloria Rojo, dedica el premio al director de Bebidas y Alimentos del hotel donde trabaja, Francisco Patón, que le dio la oportunidad de tener un empleo con el que sufragar sus estudios musicales.

El ruso David Oistrahk, el israelí Pinchas Zukerman y la estadounidense Hilary Hahn son sus violinistas preferidos, entre los directores destaca al ruso Sergiu Celibidache y como compositor, a Bach.

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