En el informe de coyuntura económica del sector agrario de Castilla y León, del que el jueves 6 informó la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, en la sesión del Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León, se constata que la ayuda a la incorporación de jóvenes agricultores ha sido de una media de 36.760 euros, por lo tanto la mitad de los 70.000 euros que hasta ahora venía anunciando la administración a bombo y platillo.

Por eso, ASAJA ha cuestionado en reiteradas ocasiones la propaganda oficial que anunciaba, sin lugar a matices, que el Programa de Desarrollo Rural contemplaba ayudas para la incorporación de jóvenes agricultores de 70.000 euros. La realidad es que la ayuda va de 20.000 euros a 70.000 euros, en función de los puntos obtenidos en los criterios de valoración, y que en la última convocatoria la ayuda así calculada fue de 36.760 euros. Esta ayuda es muy similar a la que se percibía en las legislaturas anteriores con el Programa de Desarrollo Rural 2007-2013.

Denuncia que «gran diferencia entre la realidad y la propaganda oficial», sin olvidar los problemas burocráticos existentes

Por esto, consideran que el tiempo «le ha dado la razón a la organización agraria ASAJA que ha venido criticando por restrictiva la orden que regula estas ayudas, y en particular el sistema de puntuación establecido para calcular los importes de los apoyos públicos». ASAJA sigue reivindicando que la ayuda debería de ser igual para todos los jóvenes incorporados, alcanzando el tope de 70.000 euros que fijan los reglamentos comunitarios, y en ningún caso deberían de ser inferiores a las del periodo anterior.

ASAJA lamenta que una vez más se constata «la gran diferencia entre la realidad y la propaganda oficial cuando de anunciar ayudas para la incorporación de jóvenes agricultores se trata. Además de ser importes escasos, los expedientes se tardan en resolver un año y medio después de presentados, como ocurrió en la última convocatoria, después hay que contar con la demora en los trámites de certificación, y por último esperar sin fecha a que haya tesorería para hacer los pagos. Todo esto lleva a que desde que un joven pide la ayuda hasta que la cobra, pase un tiempo de unos cuatro años. Cuatro años esperando una ayuda es una eternidad para un joven que invierte todo lo que tiene y se endeuda hasta lo imposible en un negocio tan incierto como es la agricultura».

ASAJA critica también que hay una gran diferencia entre el número de expedientes presentados y los que definitivamente fueron aprobados (825). «Sin renunciar al rigor que debe de existir a la hora de aprobar una subvención, la organización agraria estima que se han denegado muchos expedientes por cuestiones menores, y por una legislación que nace desde el desconocimiento de la realidad del sector», finaliza.

×