EFE.- El primer edil ha asegurado que se da por perdida esta segunda cosecha después de que la crecida del mes de enero acabara con la de invierno en un año que ha calificado de "desastroso".

En la capital aragonesa, el caudal ha alcanzado a primeras horas de la tarde 1.421 metros cúbicos por segundo y una altura de 4,15 metros, con tendencia a estabilizarse.

Según las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), esta avenida de tránsito rápido llegará mañana a poblaciones como Pina de Ebro y Gelsa, en la Ribera Baja, para alcanzar la cola del embalse de Mequinenza al mediodía.

En la desembocadura

La laminación de la avenida por el sistema de embalses Mequinenza-Ribarroja-Flix mantendrá caudales en la desembocadura del Ebro cercanos a 1.000 metros cúbicos por segundo durante los próximos días.

Aunque la crecida no ha originado hasta el momento problemas en los núcleos de población, sí ha arrancado esta noche el pontón del embarcadero de la Expo en Zaragoza y lo ha arrastrado hasta el azud, y no podrá ser reparado hasta que baje el nivel del río, han explicado a Efe los bomberos de la capital aragonesa.

La peculiaridad de esta avenida es que se ha producido en junio, han indicado a Efe fuentes del Gobierno de Aragón, que han añadido que otros años el río baja con muy poco caudal en esta fecha, al tiempo que han resaltado que no ha originado "nada fuera de lo previsto" en los casos de aumento del caudal.

Y después, los deshielos

Una vez que pase la punta de la crecida por Aragón la vista se pondrá en el deshielo, si bien los técnicos de la CHE prevén que si no se producen lluvias torrenciales y el tiempo es el habitual en esta época, las aguas procedentes de las montañas laminen en los embalses de cabecera, aunque la imagen del Ebro no será la habitual en esta época del año porque llevará más agua.

La Confederación está realizando maniobras para aumentar el volumen de resguardo en los embalses, necesario para almacenar de forma segura nuevas aportaciones de agua con caudales de entrada inferiores a los de salida, una vez pasadas las puntas de las crecidas.

En los próximos meses, el Organismo de cuenca tiene previsto acometer obras dirigidas a paliar los efectos de las avenidas como cauces de alivio junto a los municipios ubicados en el eje del río, permeabilización de puentes y áreas de inundabilidad temporal.

En una reciente respuesta al Justicia de Aragón (homólogo aragonés del Defensor del Pueblo), la CHE reconocía que sus técnicos habían detectado tras la crecida del pasado mes de enero "sobreelevaciones" de la lámina del agua.

El propio Justicia, Fernando García Vicente, instó el pasado mes de abril al Gobierno aragonés a llevar a cabo, en coordinación con las administraciones competentes, las acciones previstas en el Plan Medioambiental del Ebro, "especialmente en lo relativo a la prevención y defensa de personas y bienes" durante las avenidas.

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