Se está realizando este año 2024 una campaña obligatoria para vacunar al ganado de la lengua azul y existe un gran malestar y preocupación en el sector ganadero por los efectos secundarios de esta vacuna, que ya se manifestaron terribles en la anterior campaña de vacunación, realizada hace más de diez años, con efectos muy perjudiciales según el tipo de ganado y la situación de este, según advierte Asturias Ganadera.

En este sentido, recuerdan que en el ganado vacuno, al que apenas afecta la enfermedad, la vacuna produjo numerosos casos de aborto en vacas gestantes e incluso debilidad permanente y muerte por caquexia de algunos animales. Los efectos secundarios también se dieron entre el ganado ovino y el caprino, con muchas muertes, si bien en estas categorías la enfermedad se muestra más virulenta.

Por eso, existe gran malestar y preocupación entre los ganaderos, muchos de los cuales temen que la imposición por parte de la Consejería de Medio Rural del Principado de la vacuna pueda generar de nuevo los problemas del pasado.

EN OTRAS CCAA YA SE HABLA DE «INSUMISIÓN» Y DE RECLAMAR INDEMNIZACIONES POR LAS CONSECUENCIAS NEGATIVAS DE LA VACUNACIÓN

En este punto quieren recordar que «no asumieron entonces sus responsabilidades derivadas de la anterior campaña y, negándose a reconocer la relación que existía entra la vacuna y los abortos y muertes de aquel año, no indemnizaron económicamente a nadie».

No se trata de un caso regional, sino que este rechazo a la obligatoriedad de la vacunación se repite en otras comunidades autónomas, planteando incluso la insumisión en provincias como Salamanca. En Galicia ya están reclamando indemnizaciones por las consecuencias negativas que están derivándose de la campaña de estos meses pasados.

No siendo una alarma sanitaria que afecte a los humanos, y ni siquiera siendo un problema exagerado para el ganado, desde Asturias Ganadera creen que la decisión de vacunar o no a los animales debe ser de los titulares de las explotaciones. «La decisión de realizar una campaña de este calado tan poco justificada, con poquísimos casos detectados y sin efectos graves, resulta desproporcionada, y probablemente derivada de otros intereses. En el caso de que sigan insistiendo en la obligatoriedad de la campaña de vacunación, deben comprometerse a admitir las consecuencias derivadas de ello con una partida económica concreta», aseguran.

Asimismo, recomiendan a los ganaderos que documenten con el veterinario de explotación todos los efectos negativos que cause la campaña. «Estos informes deberán ser vinculantes para que la Administración asuma las compensaciones de turno y, en caso de que intenten eludir su responsabilidad, podrán ser útiles para futuras demandas», señala la organización ganadera.

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