El 30% de las personas asociadas a las cooperativas del sector agroalimentario en Andalucía son mujeres. Son datos extraídos del último Observatorio Socioeconómico del Cooperativismo Agroalimentario Español (OSCAE), que reflejan una mejora de cinco puntos, con respecto a los registrados hace una década. Sin embargo, todavía existe una gran desigualdad en cuanto a la presencia de agricultores y agricultoras o ganaderos y ganaderas en las cooperativas y en especial en el tema de la titularidad compartida.
En esta diferente participación entre hombres y mujeres influyen varios factores, si bien uno que parece determinante es que la labor de muchas trabajadoras vinculadas a las explotaciones agrarias continúa en la invisibilidad al no poseer relación jurídica o administrativa con las fincas.
Aunque es complicado hablar de cifras, según un informe elaborado por la Comisión Europea, bajo el título ‘La mujer en la agricultura’, el 82% de las mujeres rurales trabajarían en explotaciones agrarias, apoyando a sus cónyuges o familias, y un 59% de ellas no estaría cotizando a la Seguridad Social.
Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía quiere revertir estos datos y, con ello, incrementar el número de socias de las cooperativas ya que, para obtener la condición de persona asociada, necesariamente se necesita ser titular de una explotación agraria. Paralelamente, se lograría aumentar el número de trabajadores autónomos de la región, de cotizantes y dar cumplimiento a normativas europeas y nacionales, como la Ley 35/2011, de 4 de octubre, sobre titularidad compartida de las explotaciones agrarias.
Por ello, la federación ejecuta actualmente el proyecto ‘Intermediación experta para el fomento de la titularidad compartida en explotaciones agrarias’, financiado por la Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, con cargo a la línea 3 de Fomento del Emprendimiento Social, dentro del Programa de Apoyo a la Promoción y el Desarrollo de la Economía Social para el Empleo.
El programa de trabajo contempla varias acciones. Por un lado, se está concluyendo la impartición de ocho jornadas informativas –una por provincia- dirigidas a agricultores, agricultoras, ganaderos y ganaderas, así como al personal técnico de las cooperativas, en las que se proporcionan los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para poder informar y apoyar a las personas interesadas en dar de alta su explotación en titularidad compartida, figura también conocida como cotitularidad.
Por otro, se está elaborando un manual para que sirva de guía a la hora de asesorar sobre el proceso. A partir de la experiencia de las federaciones homólogas del resto de España y de documentación del Ministerio y la Consejería de Agricultura, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía está editando un documento en el que se especifican los pasos a seguir para efectuar correctamente el registro, además de los beneficios, requisitos e implicaciones, tantos fiscales como en la Seguridad Social, de las explotaciones en titularidad compartida.
Beneficios de la cotitularidad
La cotitularidad es una opción voluntaria que tienen los matrimonios o parejas unidas por una relación análoga, de gestionar de manera conjunta una explotación agraria. Para ello, las fincas tendrán que estar inscritas en el registro general correspondiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible.
Asimismo, las dos personas titulares están obligadas a estar dadas de alta en la Seguridad Social, trabajar de modo directo y residir en el ámbito territorial de la finca. Igualmente, deberán de disponer de un NIF y de una cuenta corriente conjunta.
En las explotaciones en las que se dé la cotitularidad, tanto la mujer como el hombre podrán representar, gestionar y administrarla en igualdad de condiciones, motivo por el que la responsabilidad será directa, personal, solidaria e ilimitada para las dos personas. Esto se traduce en que los rendimientos generados se repartirán al 50% y, por tanto, ambos tendrán derechos derivados de la cotización a la Seguridad Social como trabajadores autónomos.
Es decir, tanto él como ella podrán acceder a una pensión contributiva, a prestaciones económicas por situaciones de incapacidad o por maternidad y paternidad, entre otras. Hombre y mujer serán beneficiarios a partes iguales de las ayudas y subvenciones de las que sea objeto la explotación.
Por otra parte, los titulares menores de 50 años que se den de alta en el Sistema Especial para Trabajadores por Cuenta Propia Agrario (SETA y RETA) tendrán una reducción del 30% en las cuotas de la Seguridad Social, durante los cinco primeros años, a la que se puede sumar la de familiar colaborador con la que el descuento alcanzaría el 80%.
Es interesante subrayar que la constitución de la titularidad compartida no alterará el régimen jurídico matrimonial o los pactos patrimoniales de las parejas de hecho ni el régimen sucesorio. Para que la titularidad compartida produzca todos sus efectos es obligatorio e imprescindible la inscripción de la explotación en el Registro de Titularidad Compartida de la comunidad autónoma a la que pertenece.
Registro en Andalucía
Concretamente, el de Andalucía ha tardado siete años en ponerse en funcionamiento, ya que no comenzó a estar operativo hasta el 15 de octubre de 2018, coincidiendo con el Día Internacional de las Mujeres Rurales.
Debido a la demora en activar todos los mecanismos, solo 25 mujeres figuran en el Registro de Titularidad Compartida de Andalucía, de un total de 605 a nivel nacional. Castilla y León y Castilla-La Mancha son las regiones con mayores explotaciones en cotitularidad, con 229 y 174 inscripciones, respectivamente.
Cuando Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía inició el proyecto en el mes de marzo, solo 15 explotaciones estaban registradas. Por tanto, en lo que queda desarrollo y meses sucesivos, la federación confía en que este proyecto divulgativo y de asesoramiento se traduzca en nuevas incorporaciones a la cotitularidad y más mujeres socias en las cooperativas, con las que equilibrar la presencia de hombres y mujeres, avanzando en una mayor igualdad en el mundo rural.