Un estudio liderado por la Universidad de Granada (UGR) ha relacionado el consumo de lácteos como la leche, el queso fresco, el yogur o el requesón durante el embarazo con un menor riesgo de tener un recién nacido de bajo peso.
La investigación sugiere que por cada 100 gramos al día de incremento en el consumo de productos lácteos se podría reducir el riesgo de bajo peso al nacer un 11 por ciento, según ha informado este lunes 14 la Universidad.
A partir de los datos recogidos para un Proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía sobre nutrición en el embarazo y riesgos materno-fetales, los autores de este trabajo plantearon analizar el riesgo de tener un recién nacido de bajo peso para su edad gestacional y el consumo de lácteos maternos.
Este estudio se hizo en colaboración entre investigadores del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada y el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Materno-Infantil de la ciudad, todos integrantes del Instituto de Investigación Biosanitaria.
En la investigación participaron un total de 1.175 mujeres embarazadas residentes en el área de referencia del hospital, sin patología previa, dispuestas a modificar su alimentación o nivel de actividad física, y que fueron seguidas a lo largo del embarazo.
Los investigadores insisten en que «a mayor consumo de lácteos menor riesgo de tener un recién nacido de bajo peso»
El trabajo demostró que aproximadamente uno de cada 8 o 9 embarazos tuvieron como resultado un recién nacido de bajo peso para su edad gestacional.
Los investigadores comprobaron que aquellas mujeres que tuvieron un bebé con bajo peso para su edad gestacional habían consumido menos lácteos durante el embarazo que aquellas que tuvieron un recién nacido de peso normal.
«Lo realmente interesante es que parece existir un gradiente dosis-respuesta, de tal forma que a mayor consumo de lácteos menor riesgo de tener un recién nacido de bajo peso», ha explicado la autora principal, Rocío Olmedo Requena, del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada.
A partir de los resultados observados en la cohorte estudiada, el porcentaje de recién nacidos de bajo peso que podrían evitarse al incrementar el consumo de lácteos podría variar desde el 4,5 % hasta el 39,7%, en función del nivel de consumo de la mujer.
El peso al nacer es uno de los principales determinantes de la salud del recién nacido, tanto a corto como a largo plazo, y los recién nacidos de bajo peso para su edad gestacional presentan mayor riesgo de morbilidad y mortalidad perinatal, así como de problemas metabólicos presentes y futuros.