Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos apuesta porque las materias primas para elaborar los productos de las diferentes marcas de calidad agroalimentarias provengan del ámbito geográfico territorial más próximo a estas. Sin, embargo esto no sucede en la realidad y un ejemplo claro es el caso de las IGP del turrón en España.
Ninguno de los Pliegos de condiciones de estas IGP turroneras depositados en la base de datos de la UE exigen que las materias primas básicas con las que se elaboran los turrones con marca de calidad tengan que utilizar productos de proximidad, local, provincial, regional, estatal o comunitario. Esta situación no es exclusiva de los turrones sino que se extiende a todas las identificaciones geográficas agroalimentarias del Estado y de la UE y no ha sido modificado en el reciente acuerdo sobre el refuerzo de las indicaciones geográficas que el Consejo y el Parlamento alcanzaron en octubre de este año.
«Parece que les preocupa mucho más la protección y el dominio de la marca que la materia prima con la que se elaboran los productos finales», señalan desde Unión de Uniones. Si, como se señaló tras el acuerdo citado, las indicaciones geográficas representan lo mejor de nuestra rica tradición gastronómica europea, «es el momento de poner de manifiesto que en el caso de los turrones citados no se exige que la procedencia de sus materias primas principales, almendra y miel, estén vinculadas al territorio, pero tampoco en el del resto de las producciones amparadas por una marca de calidad», asegura la organización.
Para Unión de Uniones, primar la manera de elaborar el producto como seña de identidad sin tener en cuenta las propiedades organolépticas de las materias primas, de la almendra o de la avellana en el caso de los turrones, única y exclusivamente por razones de rentabilidad económica, «es hacer un flaco favor al producto, a los agricultores que cultivan frutos secos y al consumidor, en la medida en que no existe obligatoriedad de determinar en el etiquetado el origen de la materia prima».
«SI LA PAC QUIERE FOMENTAR EL CONSUMO DE PRODUCTOS LOCALES EN APLICACIÓN DE LA ESTRATEGIA DE LA GRANJA A LA MESA, ES PRECISO QUE LAS IGP PREDIQUEN CON EL EJEMPLO»
Los etiquetados de los turrones indican porcentajes de entre el 64 al 70 % de almendra en sus proporciones de elaboración del producto. A los precios medios que tiene la almendra esta campaña (4,90 €/kg para la variedad Marcona), el coste de la almendra de proximidad en un kilogramo de turrón representa un coste de 3,43 €/kg, apenas un 25% de los precios medios de venta en industria que oscilan entre los 12,33 €/kg para el turrón de Jijona, de 12,85 €/kg para el turrón de Alicante.
La organización considera por tanto muy conveniente asegurar la calidad y diferenciación del turrón no solo en base a la manera de elaborar el producto sino también al origen, calidad y trazabilidad de la materia prima: la almendra, especialmente. Para esta organización, la medida evitaría riesgos de deslocalización de la producción, garantizaría la sostenibilidad económica, social y medioambiental derivada de las prácticas culturales de los productos obtenidos en nuestras explotaciones, a la vez que conferiría un valor añadido a lo largo de la cadena y garantizaría a los consumidores la calidad de sus productos.
En esta línea, algunas organizaciones territoriales de Unión de Uniones ya han iniciado contactos con los consejos reguladores y con las administraciones de las CCAA con el fin de buscar alianzas que redunden en la modificación y mejora de la legislación comunitaria y estatal. Así mismo, se están tejiendo alianzas con otros sectores (apicultores) para plantear soluciones conjuntas.
«Si la PAC quiere fomentar el consumo de productos locales en aplicación de la estrategia de la granja a la mesa, es preciso que los productos con IGP contribuyan a ser un pilar básico de dicha estrategia, predicando con el ejemplo» concluyen los responsables sectoriales de Unión de Uniones.