Las actuaciones se localizaron dentro de dieciocho Zonas Especiales de Protección de Aves, pertenecientes a la Red Natura 2000. Se ha actuado preferentemente en zonas que tienen una importante presencia de aves rapaces en las que se habían detectado muertes por electrocución en postes y centros de trasformación eléctrica.
La mejora del aislamiento de los postes eléctricos y de centros de transformación en el exterior han demostrado su efectividad en la recuperación de las poblaciones de rapaces, de anátidas y otras especies de aves de gran tamaño, por lo que su desarrollo en aquellas líneas antiguas tiene un especial interés en la conservación de la biodiversidad. Las actuaciones han supuesto una inversión por parte del MAGRAMA superior a los 1,5 millones de euros.